La hora del baño es uno de los hábitos de higiene que más disfruta la mayoría de las personas, ya que esta acción permite relajarse y despertar, sobre todo cuando se trata de una ducha mañanera.

Es un acto que se realiza mecánicamente, y que pareciera no tener mucha técnica: te metes a la ducha, enjabonas y enjuagas, pero hay más que eso.

Durante el baño se cometen muchos errores, que si bien no tienen consecuencias importantes, sí dañan la piel y la calidad de ésta.

A continuación, te dejamos 5 de los errores que cometes a la hora de bañarte y que no deberías repetir.

1. Duchas prolongadas:

estar por largos periodos bajo el agua puede provocar que la piel pierda hidratación y se reseque. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que la ducha perfecta no debería exceder los 5 minutos de duración ni de los 95 litros de agua, según consignó El País.

2.- Dejar residuos de jabón o shampoo:

los restos de estos productos provocan resequedad, por lo que puede aparecer caspa. “El mínimo resto de gel o jabón que quede en la piel puede provocar dermatitis irritativas”, señaló Elena de las Heras, dermatóloga del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología.

3.- Bañarse todos los días:

aunque es un habito de higiene, y muchos de seguro se sentirán incómodos sin realizar esta acción antes de ir al trabajo, el ducharse todos los días también resulta negativo para el cuerpo. En este sentido investigadores de la Universidad de California en Estados Unidos, afirman que podría eliminar aquellas bacterias que sirven para que el cuerpo combata algunas infecciones. Se recomienda bañarse cada tres días, pues esto sería la opción más saludable, así lo consignó Salud 180.

4.- Dejar la esponja mojada:

esta acción favorece la acumulación de bacterias, es por eso que se recomienda estrujarla bien y dejarla en un lugar donde se pueda secar, además de cambiarla con periodicidad.

5.- Utilizar agua muy caliente:

el agua a una temperatura muy elevada puede afectar la circulación sanguínea, además de resecar la piel. La temperatura ideal del agua para ducharte debería estar entre 24° y 30° C.