Cada día son más las dietas que aparecen como opción para mantenerse sano y una de ellas es la crudívora, en la que como su nombre lo indica, se consumen solo alimentos crudos.

Una de sus principales ventajas es que al no ser cocinados, los alimentos conservan sus nutrientes y esto se convierte en un beneficio para el organismo.

Verónica Chazin, nutricionista de Go Fit, señaló que someter los alimentos a altas temperaturas hace que pierdan enzimas naturales y un sinnúmero de vitaminas, según consignó el sitio Women’s Health.

Otra de las particularidades de esta dieta, es que el cuerpo recibe los antioxidantes necesarios para evitar un envejecimiento rápido. De acuerdo a una investigación de la Universidad de Tufts, Estados Unidos, consumir frutas y verduras en su estado natural diariamente y en una cantidad significativa, ayuda a reducir la velocidad de envejecimiento.

Además, Chazin explicó que si dentro del régimen se agrega proteína animal, se favorece el equilibrio entre las distintas colonias de microorganismos del intestino, lo que finalmente fomenta una mejor absorción de los nutrientes y potencia la producción de serotonina, neurotransmisor responsable del buen humor.

Si estás pensando en bajar algunos kilos, comer alimentos crudos puede ayudar a reducir algunos centímetros de cintura, esto, porque algunas semillas y cereales integrales son difíciles de asimilar por el organismo, por lo que se necesitan quemar más calorías para digerirlos en su forma natural.

Pero la conservación de estos alimentos es diferente para cada uno, y a continuación te indicamos cómo hacerlo:

Verduras

Ojalá siempre en el refrigerador, ya que las mantiene frescas y retrasa la aparición de microorganismos nocivos, sin alterar sus características nutricionales. Aquellas de hoja verde como la acelga, espinaca y lechuga, que venden en el supermercado y que vienen en bolsas plásticas, no deben presentar mucha humedad ya que podría favorecer la aparición de bacterias.

Carnes y pescados

Para alargar su conservación, se pueden aliñar con ajo, clavo de olor o mostaza, productos que poseen propiedades antimicrobianas, además de otorgarle un rico sabor.

En tanto, la acidez del vinagre permite conservar por más tiempo los productos frescos y además aporta una textura más suave.

Otro producto que funciona para mantener estos alimentos es la sal, proceso denominado ‘curación’ y que consiste en cubrir con dicho compuesto durante algunas horas o incluso días, dependiendo del tamaño del trozo, y se deja secar al aire libre.

Si ninguna de las alternativas anteriores te convence, puedes conseguir una máquina deshidratadora, o bien, meter los alimentos al horno a una temperatura de 42 grados para extraer toda el agua, lo que mejorará su sabor y textura, además de conservar los alimentos por mucho más tiempo.

¿Qué alimentos se pueden comer crudos y cuáles no?

Fruta, aceite de oliva, semillas, frutos secos y verduras de hoja verde no hay problema en consumirlos crudos.

Sin embargo, hay algunos que por ningún motivo deberías comerlos sin cocinar.

1. Carne de cerdo: principalmente por la triquinosis y si se come cruda, el parásito puede pasar al consumidor.

2. Merluza: es el más peligroso por la presencia del parásito anisakis, lo que puede provocar reacciones anafilácticas graves en las personas que son sensibles a los gusanos nematodos.

3. Ruibarbo: porque la raíz y sus hojas son tóxicas si se comen crudas, pudiendo dañar el hígado.

4. Yuca: sus hojas presentan cianuro y este puede pasar a la raíz. Por eso hay que secarlo, remojarlo en agua y cocinarlo lo antes posible después de la cosecha.