Cuando una pareja recién está iniciando su romance o cuando ya llevan un tiempo y se está comenzando a proyectar, hay ciertos mitos o fantasmas que dicen que siempre deberían tener muchos aspectos en común, como los gustos o rasgos de personalidad.

La verdad es que esto no es tan así, y creer eso puede afectar enormemente nuestra relación. Así al menos lo consigna el terapeuta sexual Douglas C. Brooks, en conversación con el portal británico Huffington Post, donde asegura que “esperar que nuestros compañeros de vida o cónyuges sean y piensen como nosotros a menudo puede conducir a una sensación de desilusión o fracaso una vez que realmente descubrimos que piensan, actúan y reaccionan de manera diferente a nosotros”.

De hecho, Douglas cuenta que si ambos tienen mucho en común, al final terminan por aburrirse el uno del otro. Es por esto que en Página 7 revisamos este artículo y algunas de las cosas que no necesariamente hay que tener en común con la otra persona.

1.- Hobbies e intereses

Vamos a partir por una de las más clásicas, y es que históricamente la sociedad nos ha hecho creer que debemos compartir gustos e intereses, desde ser personas que aman los deportes o ser fanáticos de las mismas series o películas. Si bien en una primera instancia esto puede ayudar a tener espacios comunes, a largo plazo podría ser una complicación.

“El éxito a largo plazo de una relación se basará en temas mucho más importantes, como lo que valoras, lo bien que te comunicas y tus expectativas sobre la lealtad, la familia, las expresiones de amor, el tiempo a solas, etc.”, explicó el psicólogo Ryan Howes al portal británico.

Si a los dos les gusta Perdona Nuestros Pecados puede que no haya problemas, pero si hay enfoques distintos respecto a los niños “los problemas en el futuro serán inevitables”.

2.- Creencias políticas

El terapeuta Kurt Smith explica que uno podría pensar que diferencias políticas podrían arruinar un romance, pero la verdad esto no tiene por qué ser así.

“He visto a parejas aprender a respetar sus diferencias políticas en lugar de dejar que las dividan. Las diferencias son oportunidades en las relaciones para practicar el respeto y la cortesía. Nos pueden hacer más comprensivos, empáticos y de mente abierta. Todas las cosas buenas para una relación sana y feliz”, explicó.

3.- Antecedentes culturales, religiosos o raciales

Si la pareja comparte religión, raza y cultura puede que tengan un aspecto en común muy evidente, pero a la larga, esto podría afectar en el compromiso: “Estas parejas son menos propensas a enfrentar resistencia o presión por parte de sus respectivos padres con respecto a su estilo de vida y sus decisiones sobre la crianza de los hijos”, explicó Elisabeth LaMotte, terapeuta y fundadora de un Centro de Consejería y Psicoterapia en Washington, Estados Unidos.

En este sentido, LaMotte asegura que tener diferencias en estos aspectos involucra “exponer a los niños a diferentes puntos de vista, perspectivas y tradiciones puede ser bastante bello, y ambos padres pueden aprender y crecer en el proceso de navegar por las diferencias religiosas, raciales y culturales”.

4.- Preferencias de limpieza y organización

Sobre este punto, la terapeuta de parejas estadounidense, Kari Carroll, aseguró que “no es un requisito que tú y tu pareja tengan el mismo nivel de atención de la limpieza. De hecho, suele no ser el caso. Las parejas que trabajan en esto en mi práctica tienden a reconocer primero que probablemente han tenido una educación diferente sobre las responsabilidades de limpieza y tratan de encontrarse en el medio”.

Pexels (cc)
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5.- Capacidad para socializar

Uno de ellos puede ser extrovertido, y el otro mucho más introvertido, a la hora de conocer personas nuevas. Esto no tiene por qué ser algo malo: “La gente no necesita tener el mismo deseo de socializar para llevarse bien. De hecho, muchas parejas funcionan bien porque uno es más hogareño mientras que el otro socializa con más frecuencia”, relató Samantha Rodman, psicóloga y coach de citas. En este sentido, es clave el respeto.

6.- Ritmo sexual

Si hablamos de un aspecto íntimo que puede ser clave en esta lista, es la realidad sexual de la pareja. No todo escenario tiene que ser el mismo para ambos: “Trabajar en estas diferencias requiere una apertura para aprender de lo que cada persona disfruta y una voluntad de complacer de maneras que puedan ser cómodas para ambos”, enfatizó la terapeuta Carroll.

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7.- Sentido de la aventura

Aunque muchos crean que tener objetivos diferentes respecto a tener viajes y aventuras puede ser obstáculo en una relación, la verdad es que eso no tiene por qué ser así. Todo tiene que iniciar con un punto en común en el hecho que no todos son iguales.

“Conozco a muchas parejas que no viajan juntas y aún mantienen relaciones sólidas porque se comunican bien y aceptan estas diferencias. Disfrutan de su tiempo juntos en la mayor medida posible, y la persona hogareña se siente lo suficientemente segura como para permitir que su compañero explore los confines de la Tierra por su cuenta”, explica Howes.

En este sentido, la clave es la confianza y la conexión de la pareja: “Tendrán que tomar medidas para mantener su relación fuerte en su ausencia a través de llamadas y mensajes frecuentes, pero si esta conexión puede soportar la distancia, los diferentes niveles de pasión por los viajes no siempre son algo malo”, finalizó el especialista.

Estos son algunos de los puntos a considerar en una relación, así que si tienes distintos puntos en común con tu pareja, no necesariamente tiene que ser algo malo.