El cine y la publicidad nos ha convencido de que la intimidad en una pareja debe ser perfecta, casi como un guión de una cinta romántica.

Lo cierto es que en la vida real no siempre es así, y cuando se tienen relaciones sexuales son muchos los aspectos que influyen y a los que se debe poner atención. Algo que no te advierten en dichas películas.

Tras terminar un encuentro íntimo, hay parejas que se abrazan y manifiestan lo genial que fue haber compartido ese momento y, otras que experimentan todo lo contrario, algo que se ha expresado en el último tiempo como “disforia postcoital” o “depresión post-sexo”.

Este cuadro se manifiesta como una sensación de vacío, tristeza y melancolía tras llegar al orgasmo, lo que se explicaría por la función hormonal de cada individuo.

Según una investigación publicada en el International Journal of Sexual Health, durante el sexo son varias las hormonas que trabajan en conjunto, dopaminas, endorfinas y oxitocinas, las que se disparan provocando una sensación de placer pocas veces comparable con otros estímulos, sin embargo, cuando éstas regresan a su nivel normal, hay personas que experimentan una sensación de vacío.

La investigación, liderada por los académicos Brian S. Bird y Robert D. Schweitzer de la Queensland University of Technology, Australia, y Donald S. Strassberg de la University of Utah, Estados Unidos, encuestó a 250 mujeres, dando como resultado que el 46% de ellas reconoció haber experimentado al menos una vez, en un mes, una sensación similar a la tristeza.

Pese a que puede ser un escenario incómodo, lo más importante es saber si esto responde a un cuadro depresivo generalizado o puntual, producto de este alboroto hormonal. En el caso que sea este último punto, debes tener en cuenta que la “depresión post-sexo” no tiene que ver con que tu relación sexual haya sido mala o increíble, sino que es un hecho biológico específico que debemos manejar de otra forma.

En este contexto, los investigadores Matthew Killingsworth y Daniel Gilbert, de la Universidad de Harvard, aseguran en un estudio consignado por el New York Times, que la concentración en el sexo es esencial para alcanzar la felicidad.

Esto, explican, se debe a que a mayor grado de concentración, los movimientos corporales son más intensos, y al vivirlo en pareja la satisfacción es mayor. La concentración es sinónimo de conexión y mientras alcances eso, no tendrás que preocuparte de una posible depresión post-sexo.