Por mucho que lo pienses o lo desees, jamás podrás evitar una infidelidad. Y es que aunque te sea difícil aceptarlo, nunca vas a controlar lo que haga o no la otra persona, sin embargo, la ciencia ha entregado un revelador detalle.

Al parecer existe una situación específica y común en la que algunas personas tienden a ser infieles más fácilmente, o al menos así lo define un estudio llevado a cabo por el London Business School, consignado por el portal masculino AskMen, donde se asegura que este comportamiento no se da necesariamente cuando se presenta la oportunidad más fácil o provocadora.

De acuerdo a la investigación, el momento más común en que se puede dar un engaño, es cuando tenemos la última oportunidad para hacerlo.

El estudio contempló a 847 participantes, quienes fueron agrupados en una habitación donde permanecieron sentados y se les dio una moneda para lanzar, solicitándoles que predijeran el resultado y anotaran las respuestas en un computador. Por cada predicción correcta, recibirían un pago de 10 centavos.

Fue así como todos lanzaron 13 veces la moneda, sin embargo, hubo una variable que diferenció el experimento. A algunos se les dijo que tenían 13 intentos y a otros, en un comienzo, se les dijo que solo tenían 7. De este modo, los investigadores pudieron analizar las tasas de éxito, que fueron mayores a las esperadas 50/50, y que evidenciaría deshonestidad.

El séptimo lanzamiento fue el más importante para los participantes
. En el grupo al que se les dijo que tendrían 13 lanzamientos, el séptimo tuvo un índice de éxito similar al de los seis tiros que lo antecedieron. Asimismo, en el grupo donde solo contaban con siete oportunidades, los participantes consiguieron un éxito notorio en ese lanzamiento, lo que indicaría que hicieron trampa. Lo anterior también se respalda debido a que cuando los investigadores les informaron que en realidad tenían seis lanzamientos más, sus tasas de éxito bajaron misteriosamente en todos los tiros posteriores.

Estos resultados se pueden analiza en distintos contextos, pues el tema central es que cuando se tiene certeza de que existe solo una última oportunidad para hacer “X cosa” es más probable tomar esa oportunidad en ese momento que cuando no se tiene certeza de las restricciones. A modo de ejemplo, podríamos decir que si estás interesado en una compañera de trabajo y quieres coquetear en la fiesta de la empresa ¿lo harías al comienzo de la fiesta o esperarías a cuando quede poco para que termine?

¿Qué crees tú?