Este domingo, como todos los años, se celebra un nuevo Día de la Madre, la fecha en que las reinas de la casa son las festejadas. Esta es una ocasión ideal para decirle a nuestras mamás todo lo que las queremos y, por supuesto, de entregarle algún regalo.

Algunos han rechazado esta celebración, ya que a su juicio, este día no es más que una excusa para las tiendas y empresas para que puedan vender más de sus productos. La verdad, es que si revisamos la historia, el origen de esta fecha, efectivamente no tiene nada que ver con un aspecto comercial.

En Página 7 quisimos investigar más al respecto, y nos encontramos con que hay una responsable de este homenaje: Anna Jarvis. Pese a que en la antigua Grecia y Roma ya había una época en la que se rendía culto a la Diosa Madre Rea, que era catalogada la Gran Madre, fue recién en 1908 que se instauró la especial fecha.

Si nunca oíste hablar de Anna, tienes que saber que ella buscó gran parte de su vida poder homenajear a su madre, quien había hecho todo por ella, y de paso, alabar a todas las mujeres que lucharon en la Guerra Civil de Estados Unidos, trabajando como enfermeras.

Su madre murió en un accidente, pero aun así quiso conmemorar a las mujeres, siempre con la idea de mejorar las condiciones laborales y de salud. En 1905, dos años después de perder a su mamá, reunió a un grupo de amigos para realizar el evento. Sin embargo, fue el 10 de mayo de 1908 que se llevó a cabo de manera no oficial, la primera celebración en honor a la madres en la Iglesia Metodista de St. Andrews, de Grafton, Virginia Occidental.

En paralelo a esto, Jarvis logró reunir a 407 mujeres con sus hijos, que marcharon aquel día, dando a conocer los motivos de su movilización, sin ningún tipo de regalo, simplemente mostrando el hecho de estar reunidas. Como esta fiesta se volvió tradición, en 1914 el presidente Woodrow Wilson declaró en Estados Unidos que todos los segundos domingos de mayo serían oficialmente conocidos como el Día de la Madre.

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Con el pasar de los años, el homenaje que creó Anna Jarvis se desvirtuó totalmente. La fiesta se comenzó a popularizar en Estados Unidos, llegando al punto de ser un claro objeto comercial. El hecho de ver claveles blancos a un dólar, provocó toda una molestia en esta mujer, que dedicó los últimos años de su vida a terminar con la celebración que se había ideado, ya que el sentido que ella le dio ya no existía.

En 1920, Jarvis terminó presa por generar disturbios en el Día de la Madre e incluso perdió parte de su herencia, al intentar acabar con el decreto creado por el presidente Wilson. Al final, en 1948, Anna Jarvis falleció sin saber que la festividad que creó duraría hasta nuestros días, pero con un sentido totalmente distinto al que ella pensó.

Detrás de este triste desenlace, hay un profundo sentido de admiración hacia las mamás, que fue desvirtuado gracias a los regalos y las promociones de las tiendas.

¿Qué crees ahora? ¿Mirarás con otros ojos el verdadero sentido del Día de la Madre?