Una casa nueva y un bebé “rápidamente”. Quemado en casi todo el cuerpo hace 18 meses, Franck vuelve a soñar después de haber sido salvado gracias a un trasplante de piel de su gemelo en el 95% de su cuerpo, una primicia mundial.

Los gemelos franceses Franck y Eric Dufourmantelle, cuyo parecido es sorprendente —misma barba, misma sonrisa— cuentan su increíble aventura médica, hecha de valentía, obstinación y sufrimiento en un libro, Life.

Life, la vida. Cuatro letras grabadas en su piel, en el antebrazo. El único tatuaje de Franck que no fue borrado por las llamas tras sufrir un accidente laboral el 26 de septiembre de 2016. Una señal, según su cirujano. Un “guiño del destino”, según él.

Este trenteañero que trabajaba en una planta química se convirtió en una antorcha humana cuando estalló un bidón que manipulaba. El pubis, los pies y la cara en gran parte se salvaron. Tiene el párpado inferior de un ojo caído y una oreja estropeada. En su estado, su probabilidad de supervivencia era casi nula.

AFP photo | Family handout
AFP photo | Family handout

Piel que nunca será rechazada

“Lo más loco”, cuenta, es que casi pasó desapercibido el hecho de que tenía un gemelo. Los médicos, que no conocían el rostro de Franck, cubierto de vendajes, no podían establecer una conexión con el de su hermano.

Fue la insistencia de Eric en ayudarle cuando se creía que ya no había esperanza que hizo que cayeran en cuenta. “Soy su hermano. Su hermano gemelo”, dijo, desesperado. “¿Gemelos verdaderos? ¿Homocigoto (mismo huevo)?”, le preguntó perplejo un doctor. “Le dije que sí. Unas horas más tarde me convocaron a la oficina del doctor Mimoun”, cuenta a la AFP.

La ventaja de un trasplante de piel entre gemelos verdaderos es que no hay rechazo ya que tienen un capital genético idéntico. “Es la primera vez que realizamos un trasplante de piel entre gemelos en el 95% del cuerpo”, explicó en noviembre pasado el doctor Maurice Mimoun, jefe del servicio de cirugía plástica y reconstructora en el hospital Saint-Louis de París, que realizó la operación.

Hasta ahora, en el mundo se habían dado casos de trasplante entre gemelos de hasta el 68% de la superficie del cuerpo, según el cirujano.

Stephane de Sakutin | AFP
Stephane de Sakutin | AFP

Correr y jugar al ping-pong

Varios meses después de su trasplante, Franck sigue sintiendo “una forma de incomodidad, con la sensación de tener un traje sobre la piel”. Su nueva piel debe aún suavizarse. Deberá hacerse tratamientos termales todos los años y eso durante “dieciocho años”.

Este hombre que antes hacía mucho deporte puede correr ahora entre 10 a 15 minutos al día o jugar al ping-pong. Puede escribir y comer con la mano derecha, y “hacer algunas tareas cotidianas”. “La mano izquierda que casi fue amputada quedó muy afectada”, detalla este sobreviviente, que vive cerca de Amiens, en el norte de Francia.

Ya no puede practicar artes marciales, que él y su hermano practicaban juntos.

Eric conserva cicatrices en la espalda, de donde le retiraron piel en forme de “capas finas”. Las muestra pero no habla sobre el dolor que le causaron. No se arrepiente, para él lo importante era salvar la vida de su hermano.