Difícil, ninguna otra palabra podría describir mejor la vida de Baux Tox, un perro de raza labrador que nació con una lamentable malformación en el cráneo. Llegó a este mundo y los problemas para el can recién comenzaban.

Debido al severo problema que se presentaba en su rostro, que hundía su cráneo y “juntaba” sus ojos, el animal no pudo ser vendido como el resto de sus cinco hermanos, y terminó siendo regalado a un hombre en Texas (Estados Unidos).

Al poco tiempo de estar en su nuevo hogar, Baux Tox fue enviado a vivir fuera de la casa. La medida fue adoptada por su ahora exdueño al considerar que el perro asustaba a sus gatos. Desde entonces lo mantuvo atado a la intemperie bajo adversas condiciones para la salud, como lo son el sol, escasa comida y agua por casi cinco años.

Desde entonces el animal debió vivir con distintos tipos de parásitos que invadieron su cuerpo y una serie de infecciones y enfermedades que lo tenían al borde del colapso. En todo ese periodo muchas personas intentaron rescatarlo.

La fortuna cambió para el labrador luego que un joven publicara una desesperada fotografía a través de Facebook. La imagen sirvió para que Jamie Huilt lo conociera y viajara hasta la casa del hombre en Texas para rescatar al animal, que a esas alturas ya se encontraba en muy mal estado.

Su caja torácica sobresalía por debajo de su pelaje rubio, el que prácticamente colgaba de su cuerpo demacrado. Estaba cubierto de pulgas y tenía los oídos infectados“, dijo la mujer al portal animalista The Dodo, tras revivir la siguiente imagen:

Jamie Huilt
Jamie Huilt

Finalmente Jamie consiguió llevarse al can para ayudarlo. “Quería que tuviera estabilidad y un lugar que reconociera como su hogar… en realidad sólo quería que fuera un perro“, explicó.

Diagnóstico veterinario

Las probabilidades de que Baux Tox pudiera sobrevivir no eran muchas. Tras una visita al médico veterinario Jay Rydberg, se determinó que el animal tenía 50% de probabilidades de morir; el tratamiento debía ser intensivo frente a las múltiples afecciones que padecía. “No me importaba lo mal y enfermo que estuviera. No quería que volviera a entrar en casas de acogida y lo devolvieran“, comentó Jamie.

Este proceso duró dos años, pero el can se sanó incluso de la Dirofilaria immitis que lo afectaba, un parásito nemátodo que daña los órganos, según consignó BioBioChile. Durante todo este proceso la mujer no pudo vivir con el animal, pero finalmente, cuando el perro cumplió nueve años, su rescatadora pudo llevárselo a casa.

Jamie Huilt
Jamie Huilt
Jamie Huilt
Jamie Huilt
Jamie Huilt
Jamie Huilt

Una vez dado de alta Baux Tox finalmente pudo conocer su nuevo hogar, y también a Riley, un nuevo amigo labrador que Jamie había adoptado para que se hicieran compañía. “Se adoran“, dijo la mujer sobre la relación que han creado sus dos mascotas.

Hoy está lleno de vitalidad y nos da mucho cariño. Es muy hiperactivo y alegre, como un cachorro, aseguró la mujer que liberó de los maltratos al perrito. Sus fotografías ahora presumen de una nueva realidad, alejada del sufrimiento:

Jamie Huilt
Jamie Huilt
Jamie Huilt
Jamie Huilt

Cabe destacar que Jamie decidió luchar por la vida de Baux Tox porque, en su infancia, ella sufrió en carne propia los temores de pasar de un hogar a otro, situación que vio reflejada en el perrito.