Esta emotiva historia ocurrió en San Antonio da Platina en Brasil y fue protagonizada por Joao Neto, quien tiene un desagradable trabajo: es el encargado de cortar la luz de las casas que no han pagado sus cuentas.

Justamente el pasado 9 de octubre fue el día que debió ir hasta un hogar a terminar con el suministro eléctrico, debido a dos meses de deudas. Al llegar al lugar, Joao vio a una mujer junto a sus tres hijos descalzos. Esta madre le preguntó si es que había alguna opción de poder darle un poco más de tiempo ya que el único día que podía pagar era el 9: “Hoy es nueve”, atinó a responder este trabajador.

Tras decir esto, Joao y esta madre llegaron a un acuerdo, si ella pagaba la cuenta antes de las seis de la tarde, él vendría lo más rápido posible a darle nuevamente el servicio.

Justo antes de partir a realizar el trámite, uno de los pequeños se le acercó y le preguntó si le podía dar un real (cerca de $200). Al no tener ninguna moneda, Joao abrió su billetera y le pasó un billete de cinco reales: “Para que lo compartas con tus hermanos”.

Varias horas después, la mamá de estos niños pudo pagar la cuenta, por lo que este sujeto volvió a la casa de ellos para tuvieran nuevamente luz. Al llegar, los pequeños rápidamente se le acercaron a Neto y le pasaron algo que para él fue “el mayor ejemplo de honestidad y responsabilidad” de su vida.

El niño le pasó dos reales. Al no saber qué hacer, Joao le explicó que no quería el vuelto, a lo que el pequeño respondió: “¿Pero no era un real para cada uno?”. Tras oír su pregunta, este hombre sólo sonrió y le aseguró que podía quedarse con los billetes.

Tras vivir esto, Joao no dudó en compartir la historia a través de su cuenta de Facebook, donde rápidamente se volvió viral. Su publicación ya suma más de 80 mil ‘me gusta’ y ya ha sido compartida en más de 80 mil ocasiones.

Luego de contar toda la historia, este sujeto terminó expresando su sentir tras esta emotiva situación: “En el momento en que nuestro país vive una monstruosa crisis moral, donde las instituciones gubernamentales están todas contaminadas por los robos y la corrupción, me aparece un niño todo sucio y me hace creer que nuestro país todavía es bueno. A veces la gente llora de alegría, ¡hoy definitivamente voy a dormir feliz!”, concluyó Joao.