No fue hasta los 13 años que Mathilde Arctander tuvo conciencia de su gran mancha de nacimiento en su estómago. En un principio quiso esconderla, pero con el paso de los años comenzó a aceptarla y a entender que era parte de ella.

La noruega de 22 años aceptó que fue un proceso bastante difícil, sobre todo en su etapa de adolescente, donde las bromas y el bullying en el colegio era mucho más duro que en otros momentos.

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“Siempre supe que tenía manchas de nacimiento, pero fue a los 13 años que me di cuenta que la gente me miraba diferente. Jamás sufrí mucho bullying, pero siempre pensaba ‘¿qué está mal conmigo? ¿por qué tengo estas manchas'”, cosa que no era divertido para mí“, fueron sus palabras en una entrevista con el diario británico Mirror.

Pero la joven se aburrió de ese sentimiento y comenzó a cambiarlo, dándose cuenta que la gente la quedaba mirando porque era diferente y única.

“No tengo una piel normal, pero eso está bien conmigo. Ya no me levanto en las mañanas preguntándome ‘¿por qué las tengo?’. Mis manchas son parte de mí y no me liberaría de ellas si tuviera la opción“, señaló bastante segura.

Luego que la joven se atreviera a mostrarse tal cual es, se dio cuenta que la gente se le acercaba para felicitarla por lo valiente y hermosa que era. “Gracias a eso ahora soy mucho más fuerte”, añadió.

Cabe señalar, que Mathilde tiene un nevo melanocítico
, que corresponde a una lesión cutánea benigna, a veces velluda, que se encuentra en gran parte de la población. Ésta se presenta al nacer o aparece en el primer año de vida, de acuerdo a lo señalado por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.