Geoffrey Holroyd-Doveton, hombre de 75 años, planeó durante mucho tiempo una terrible y asquerosa venganza en contra de su examigo, quien habría contribuido en el quiebre de su matrimonio.

El ciudadano de Yorkshire del Sur, Inglaterra, se había separado de su esposa hace más de dos años y aseguró al medio inglés East Anglian Daily Times, que Donald Wicks le había “arruinado la vida”.

Tras este conflicto entre ellos, el hombre acumuló durante 60 días sus propias heces en un balde, para posteriormente crear un bomba casera, la cual introdujo en la casa de Donald, tal y como explicó la fiscal Lesla Small.

Aprovechando que el “examigo” no se encontraba en casa, Geoffrey logró introducir la asquerosa bomba en el domicilio, por la rendija de las cartas. Una vez adentro, la accionó, rociando excremento por todo el interior del inmueble. Paredes, puertas y escalera quedaron impregnadas con las heces del sujeto.

Sin embargo, lo que Geoffrey no tenía contemplado, era que una cámara de seguridad estaba registrando todo su plan. Por este motivo terminó por declararse culpable en una corte.

Finalmente, el “vengador”, fue sentenciado a 80 horas de trabajo comunitario y debió pagar más de 5.000 dólares para reparar la casa de su examigo.