En el estadio le cantarían: “por ser así… tan especial…” y todo el resto de la letra de la canción. Y a coro. Es que el siguiente caso es de aquellos en los que uno solamente atina a llevar las manos al rostro y decir ¡pero cómo!.

El error que cometió el protagonista es de “marca mayor” pues por andar apurado perdió su automóvil. Es que como dice el conocido meme “acompáñenme a ver esta triste historia”.

Nos trasladamos mentalmente hasta Austria, en la localidad de Tirol. Allí, un conductor polaco iba tranquilo de regreso a su casa cuando de pronto sintió ganas de orinar, por supuesto que intentó aguantar.

Sin embargo, el camino se hacía cada vez más largo, la vejiga se inflamaba y un sudor helado le recorría la espalda. No había caso: debía detenerse y “hacer”.

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No lo pensó más y se detuvo a un costado de la carretera. Ya más relajado volvió y para su sorpresa, su auto no estaba por ninguna parte.

El hombre, preso de la desesperación, llamó a la policía para denunciar el robo, lo que desató un operativo para poder dar con el paradero del vehículo, sin embargo, a los pocos minutos los propios uniformados se dieron cuenta que nadie le había robado algo al denunciante.

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Resulta que con el apuro de salir a orinar, el polaco no le puso el freno de manos al auto, por lo que éste comenzó a avanzar lentamente hasta que cayó 150 metros por la pendiente, e incluso atravesó una ruta nacional. Por suerte no había flujo vehicular a esa hora y eso evitó que la caída del auto causara algún accidente dijeron desde la policía.

De seguro el conductor ahora y para toda su vida pasará al baño antes de que tenga que subirse al auto a modo de protección.