Si eres de los que disfruta del vino, es importante que tengas en cuenta el diseño de la copa, esto porque según los expertos, puede ser perjudicial para su sabor.

¿Por qué? Desde 1958 la empresa Riedel ha fabricado copas para cada tipo de vino, debido a que este elemento es esencial. “La copa es una herramienta hecha para lidiar con los muchos factores que contribuyen al sabor del vino, tales como la fruta, la neutralidad y la acidez, y equilibrarlos”, explicó el director de la compañía, Georg Riedel a CNN.

De hecho, el escritor Mark Wilson -que visitó la fábrica y a Maximilian Riedel, presidente de la empresa- relató en el sitio especializado Gizmodo, cómo cambió su percepción desde entonces, recordando su primera experiencia.

“Tomo un poco de vino. Cuando llega a mi boca, saboreo un cabernet perfectamente equilibrado que sabe a levadura, fruta y piedra. Luego bebo de otra copa. Este vino llega al punto de mi lengua inmediatamente. Sabe a puro alcohol, y pocos segundos después, me llega un sabor húmedo y amargo. Este vino claramente está pasado; debería tirar la botella”, documentó.

Aunque en su narración comenta que se trataban de distintos vinos, esto no era así, ya que era el mismo, como detalla más adelante. “Ambas copas tenían el mismo cabernet BV de 2014. Además, ambas copas son lo que la mayoría de nosotros consideraríamos una ‘copa para vino tinto’. Pero la primera copa fue diseñada para reducir los sabores prominentes de fruta y alcohol. La segunda copa fue creada para concentrar el sabor de la fruta y atenuar la acidez de otro tipo de vino: pinot noir. Acabo de darme cuenta del peligro de beber un buen vino de una copa diseñada para otro tipo de vino”, reflexionó.

Con esto dejó en claro que el volumen, el diámetro de arriba y el arco de la copa pueden alterar bastante el sabor del vino, incluso haciendo pensar que ya está malo.

El tamaño: controla la cantidad de aire que entra en contacto con el vino

El diámetro de la boca: influye en la rapidez con la que el vino fluye y cómo llega al paladar

La forma: determina el flujo del líquido hacia la boca

Georg Riedel explicó que algunas copas “pueden acentuar de más los componentes amargos o ácidos de un vino, mientras que otras que tienen un diseño óptimo deben destacar los sabores más frutales de un vino”.

Copa de vino / Pixabay
Copa de vino / Pixabay

Llega a tanto la importancia de la forma de este elemento, que incluso si un bebedor inexperto toma del mismo vino en distintas copas pensará que no es el mismo. “Yo diría que todos los que prueban vinos en copas de formas diferentes creerían que son vinos distintos. De ellos, puedes elegir tu preferido, lo que demuestra que una forma resalta los componentes del vino mejor que otra”, declara Riedel.

Sin embargo, es claro en algo: “Es importante saber que una copa no puede mejorar un vino que es malo, tampoco hacemos milagros”, finalizó.