Las abuelas son capaces de malcriar tanto a un nieto que a veces ni siquiera imaginamos lo que podrían llegar a hacer, bajo la excusa de que ellas no son sus madres y no tienen por qué poner las reglas.

No obstante, a veces esa incondicionalidad les puede traer más de algún problema. Algo así fue lo que vivió Sarah Griffin, una mujer de 68 años, quien fue a visitar a su nieto encarcelado en Memphis, Tennessee, Estados Unidos.

Cody Clements, de 31 años, cumple condena por robo con agravantes y fue sentenciado en 2016. Su abuela se he preocupado en todo momento de su bienestar, y por lo mismo, en una visita prácticamente de rutina, quiso hacerle un especial regalo.

De su cartera sacó una bolsa de Doritos y se la pasó a Cody, sin embargo, cuando los guardias notaron el intercambio, confiscaron el paquete para revisarlo, y al abrirlo se encontraron con una gran sorpresa.

En su interior había 28.5 gramos de metanfetaminas, 1.1 gramos de heroína, 11.4 gramos de marihuana y 40 pastillas de píldoras Xanax recetadas, consignó el medio inglés Daily Mail.

Tras el hallazgo, la mujer fue detenida y explicó a los oficiales que ella pensaba que le estaba entregando un celular a su nieto, pues las drogas estaban envueltas en cinta negra.

De todas formas, Griffin fue arrestada y ahora enfrenta un cargo por contrabando. Se desconoce si pudo pagar su fianza o sigue bajo custodia policial.

Cabe señalar que de acuerdo a la policía, la cantidad de drogas hace pensar que Cody habría querido distribuirlas al interior de la prisión.