Es para muchos una tradición familiar, y algunas personas lo hacen como homenaje a un ser querido que ya no está, y que siente que debe estar presente, al menos en el nombre de su hijo.

Pero ¿es bueno bautizar a un hijo repitiendo el nombre de un familiar? Katherina Ceriani, terapeuta integral del centro Complettitud y quien realiza terapias y talleres de Reprogramación Familiar y Registros Akashikos entre otros, e indaga en el linaje de sus pacientes, señala que cuando las personas repiten los nombres, sea por lo que sea, es traer a alguien a esta vida, que no le corresponde.

“Cada vez que tú repites un nombre, estás traspasando la energía de un nombre al otro y, por lo tanto, si esa persona que ya no está en su vida no resolvió algo, tiene algunas habilidades y otras cosas le cuesta más, todo lo que no ha resuelto, se hereda al hijo o hija que lleva su nombre y quien ahora tendrá la responsabilidad de resolver lo pendiente de su antepasado. De esta forma empieza a vivir una vida que no le corresponde, una vida de los padres o del abuelo, y no del hijo”, explica la profesional.

Para poder resolverlo, la terapeuta, junto con recomendar que los padres no repitan el nombre de una persona, principalmente si ésta ya falleció, entrega las pautas para un ritual que ayuda a quitar esas energías que no le corresponden.

“Para poder resolverlo, como es algo vibracional, tú pones el nombre en una hoja con colores, y debajo de cada letra, escribes lo que tú quieres que signifique“, señaló.

“Por ejemplo, mi nombre es Katherina, yo puse en la K, kilates, en la A, amor, etc. En la hoja se utilizan muchos colores, porque el inconsciente entiende a través de símbolos y mientras mejor sea el símbolo y más potente, es más fácil de entrar”, añadió.

La especialista explicó que “esto se trabaja por 40 días. Tú pones un vaso de agua y a la mañana siguiente te lo tomas, ingresando a tu cuerpo esta nueva información. Después llenas el vaso, lo vuelves a poner y al otro día te lo vuelves a tomar y eso por 40 días”.

Si tú repites el nombre, estás repitiendo la historia, y los niños y niñas pueden tener muchos más problemas para resolverlos, porque no les corresponden”, agrega la terapeuta.