Actualmente, los crímenes están a la orden del día. Por esta razón, los vecinos de la localidad de Authon-du-Perche, de Francia, estaban desesperados por saber la causa de la extraña muerte de dos amigos.

Se trata de Luciet Perot, de 69 años, y Olivier Boudin, de 38 quienes fueron encontrados sin vida en la entrada de la casa del mayor. Muchos pensaron que podría tratarse de un ajuste de cuentas con la mafia, sin embargo, los análisis forenses descartaron todas estas teorías y se trata de algo mucho más curioso.

El pasado jueves 3 de agosto, una vecina, quien ha querido dejar su identidad anónima, aseguró que los cuerpos estuvieron en el lugar alrededor de 12 horas, y que ella no había querido acercarse ya que pensó que estaban dormidos.


“A las seis de la mañana vi los dos cuerpos, uno de espaldas sobre el suelo y el otro sentado, en la entrada de la casa de Perot y pensé que estaban dormidos por la borrachera de la noche anterior“
, explicó la mujer diario francés L’Echo Républicain, según consigna La Tercera.

Cuando vio que había pasado mucho tiempo, la señora decidió acercarse a ellos y fue en ese momento que se dio cuenta que ambos estaban fallecidos. La vecina llamó inmediatamente a la policía, quienes elaboraron su primera teoría sobre su deceso: botulismo, es decir, intoxicación por ingesta de alimentos envasados.

Lo anterior, puesto que cuando inspeccionaron la casa, la policía encontró la mesa con la cena a medias y, entre los alimentos, una lata de frijoles.

Susan Brown (CC)| Flickr
Susan Brown (CC)| Flickr

Sin embargo, este jueves, tras recibir los resultados de los análisis forenses, se llegó a la verdadera causa de estos dos amigos, y no involucra a la mafia: Luciet Perot se había atorado con un pedazo de costilla debido a que no tenía la dentadura suficiente para mascar la carne.

En tanto, los médicos concluyeron que su amigo, Olivier Boudin, quien sufría de una condición cardiaca, murió de un infarto debido al impacto de ver a su amigo fallecer frente de sus ojos.

Finalmente, el desenlace de esta historia dejó más aliviados a los vecinos del sector, quienes aseguraron que ambos mantenían una relación sana. “Ellos no tenían enemigos, vivían vidas sencilla. No eran el tipo de gente por la que va a venir la mafia a matarlos“, indicó uno de ellos.