Este lunes, se dio a conocer que Carlos Caszely fue internado de urgencias luego de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV).

Al respecto, Víctor Hugo Navia, neurólogo vascular y secretario de la Sociedad chilena de enfermedades encefálicas (ACEVE), explicó que “un ACV es una enfermedad neurológica que tiene un inicio brusco”.

“La persona está realizando una actividad y de un momento para otro presenta síntomas como dificultad para hablar (lengua traposa, dificultad para pronunciar o entender lo que se habla), debilidad de un brazo o pierna y asimetría en la cara, que son los síntomas más frecuentes asociados”, agregó.

Además, comentó que “muy pocas veces hay un dolor de cabeza asociado, pero cuando lo hay, en menos de un minuto se llega a una intensidad de dolor máximo. También se puede tener alteración visual o del equilibrio”.

Hay dos tipos de ACV: uno provocado porque “se pudo haber tapado la arteria, lo que se llama un ACV isquémico o infarto cerebral”.

“El otro es por la rotura de una arteria, conocido como ACV hemorrágico, que puede provocar la muerte o secuelas, como dificultad en la movilidad, poder tragar, desplazarse o comunicarse”, aclaró.

Qué hacer ante los síntomas de ACV

El doctor Navia afirmó que “ante cualquiera de estos síntomas se debe acudir inmediatamente a algún servicio de urgencias que cuente con un neurólogo y que cuente, además, con scanner de cerebro”.

“Idealmente que sea trasladado en ambulancia o por los propios medios de la forma más rápida posible, porque con cada minuto que pasa, se pierden 2 millones de neuronas“, sostuvo.

“Hay ciertas aplicaciones, como Actúa con velocidad, que orienta sobre los centros que pueden tener neurólogos y scanner en las cercanías”, dijo.

En el mismo sentido, “hay tratamientos que se pueden administrar mientras antes se consulte, por ejemplo, cuando hay un infarto cerebral, se puede realizar una trombólisis endovenosa, que se puede aplicar hasta 4 horas y media después, y mientras antes se administre, es mejor”.

¿Quiénes pueden tener un ACV?

Si bien la posibilidad de tener un ACV aumenta en personas mayores asociadas a mayores factores de riesgo, como hipertensión, diabetes, también puede darle a jóvenes que tienen estas enfermedades o algún factor genético.

“Alrededor de 1 de cada 6 accidentes vasculares ocurren a personas menores de 60 años”, aclaró el especialista.

“Hoy en día, el llamado es a chequearse y las personas que tengan enfermedades crónicas tomen su tratamiento de forma rutinaria, y que se controlen frecuentemente, porque a veces hay que hacer ajustes. 9 de cada 10 accidentes cerebros vasculares se pueden prevenir de esta forma“, expuso.

“Esta es una enfermedad que está en el GES y está considerada dentro de la Ley de Urgencia, por lo que una persona que tiene síntomas debería poder acceder de forma oportuna de cualquier centro de forma inmediata”, puntualizó.