Cada 28 de mayo se celebra el Día del perro sin raza, fecha impulsada para fomentar la adopción de aquellos canes mestizos, conocidos coloquialmente en Chile como “quiltros”.

Pablo Gómez, docente de Medicina Veterinaria de la Universidad San Sebastián y especialista en comportamiento animal, entregó recomendaciones para tomar esta decisión con responsabilidad.

Primero, hay que tener en cuenta que existen beneficios orgánicos para el animal adoptado, como la posibilidad de contar con una mejor nutrición, higiene adecuada, estar menos expuesto al frío y acceder a atención veterinaria, incluyendo vacunas y desparasitaciones.

Por otro lado, el profesional destacó que los perros son animales gregarios, es decir, su naturaleza es vivir en grupos. Ser parte de una familia los ayuda a establecer vínculos y a desarrollar el sentido de pertenencia.

Recibir cuidados los hace sentir confiados y seguros, pues ellos perciben el cariño que les entregan las personas que están a su cargo.

Finalmente, indicó que la adopción tiene un impacto social al contribuir en la higiene de las calles y la disminución de focos de infección; así como también reduce el riesgo de zoonosis (enfermedades transmitidas de animales a humanos).

Día del perro sin raza: cómo elegir y recibir a la nueva mascota

Si vas a adoptar a tu primera mascota o no has tenido buenas experiencias previas, lo óptimo es inclinarte por un adulto, pues ya ha avanzado en la formación de su carácter y puedes conocer sus problemas de conducta y trabajarlas.

Alguien con experiencia tendrá menos dificultad para recibir a un cachorro y amoldarlo a su forma de vida desde pequeño.

Por otro lado, Pablo Gómez entregó 5 tips para tener en cuenta a la hora de recibir a un nuevo miembro de la familia:

· Manejar los celos: De existir otros perros en la casa, es importante que cuenten con rutinas bien establecidas para comer, jugar o pasear; y mantenerlas cuando llegue la nueva mascota. De esta manera, no sentirán que deben competir por la comida, el espacio físico o la atención de los integrantes de esa familia.

· Instaurar normas desde el principio: Enseñarles desde su llegada acciones para mostrar que quiere salir, cómo pedir alimento o el lugar para hacer sus necesidades. Si dejamos pasar el tiempo, más complejo se volverá lograr que lo internalice.

· Regalonearlos como perros: No creer que para ser felices necesitan cosas que le dan bienestar a las personas. A veces tendemos a mimarlos con alimentos de premio, tomándolos en brazos o dejando que duerman en nuestra cama; pero el mejor regaloneo es llevarlos a lugares donde corran, se ensucien, hagan hoyos e interactúen con otros canes.

· Observar su comportamiento: Algunos se adaptan rápidamente a su nueva forma de vida, pero otros manifiestan miedos, temores o fobias, lo que puede estar asociado a momentos traumáticos previos. Debemos observarlos permanentemente para detectar si hay rasgos en su comportamiento que requieran de la evaluación de un especialista.

· Evitar la sobre adopción: La idea es brindarles una mejor calidad de vida, por eso es fundamental fijar con responsabilidad un límite para nuestros recursos económicos, tiempo o espacio. De eso dependerá cuántas mascotas es propicio recibir, siempre teniendo presente el bienestar de los animales y que efectivamente estén mejor que en la calle.