En agosto de 2002, comenzó una serie de secuestros que impactó la apacible comunidad de  Cleveland, Ohio, Estados Unidos.

El responsable de estos horrendos crímenes fue Ariel Castro, quien marcó la vida de tres jóvenes que jamás imaginaron vivir una historia de terror.

La primera víctima fue Michelle Knight de 21 años, a quien se le perdió el rastro en las cercanías de la calle Oeste 116, mientras iba al tribunal para mantener la custodia de su hijo.

Debido a que tenía problemas con su familia, sus padres no dejaron constancia en la policía por la desaparición, ya que pensaron que no se había presentado ante la justicia por temor a perder la tuición de su retoño.

Sin embargo, aquella teoría contrastaba con la verdad, pues lo que realmente ocurrió fue que la mujer se topó con un hombre que le ofreció un perro que tenía en su casa, para que se lo regalara a su hijo.

Dicha petición fue aceptada por Michelle, quien sin pensarlo iba directo a un infierno. Tras llegar a la vivienda de Castro, él la redujo y la encerró en un sótano, naciendo así la historia de la ‘casa del horror’, consignó Infobae.

La macabra casa del terror de Cleveland
Infobae

La segunda en caer en las garras de Ariel Castro

La segunda víctima fue Amanda Marie Berry, quien en la tarde del 21 de abril de 2003 salió a trabajar a un local de Burger King, a tan solo seis cuadras en donde estaba capturada Knight.

Posteriormente, la joven no volvió a su casa, lo cual no preocupó a sus padres, ya que pensaron que la muchacha había salido con sus amigos para celebrar su cumpleaños número 17.

Con el paso de las horas la preocupación aumentó en la familia de Berry, comenzando así una intensa búsqueda con la ayuda de la FBI, la cual no dio frutos.

Un cruel engaño

Dos años después del secuestro de Amanda, Castro raptó a una tercera víctima llamada Gina DeJesus de 14 años.

La menor de edad fue vista por última vez la tarde del 2 de abril de 2004, luego que le pidiera permiso a sus padres para quedarse en la casa de una de sus amigas, recibiendo un no como respuesta de su madre.

Mientras regresaba a su hogar, la joven se topó con Ariel, a quien conocía porque era el padre de una de sus compañeras de colegio, esto fue aprovechado por el hombre, quien la invitó a su casa para que compartiera con su hija, sin saber que todo era una vil mentira.

La macabra casa del terror de Cleveland
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La macabra ‘Casa del horror’

Las tres desapariciones impactaron a la comunidad de Cleveland, movilizando a gran parte de la policía y vecinos, pero luego que avanzaron los años sin tener respuestas, la investigación poco a poco fue dejada de lado.

Mientras sucedía la búsqueda, las tres mujeres fueron encadenadas a la pared, y solo recibían comida una vez cada 24 horas, a esto se suma que Castro les permitía bañarse con agua fría dos veces a la semana.

Entre los vejámenes que realizaba el secuestrador por más de una década, de vez en cuando subía a una de las víctimas a su dormitorio, en donde la golpeaba y violaba. Estos hechos también se repetían en el propio sótano, a la vista de las otras prisioneras.

Estos reiterados abusos sexuales generaron que Berry quedara embarazada de Castro, naciendo su hija en 2007, mismo año en que Knight también quedó esperando un bebé, el cual no llegó a nacer pues el captor le provocó un aborto a punta de golpes.

“Lloré cada noche, estaba sola. En todo momento estaba preocupada por lo que pudiera ocurrir“, dijo posteriormente Knight, informó El País.

El paradójico final de Ariel Castro

Pasaron 10 años en que las tres jóvenes junto al bebé crecieron siendo sometidas por los abusos de Ariel, quien jamás se imaginó que su ‘casa del horror’ llegaría a su fin.

El 6 de mayo de 2013, Amanda logró pedir auxilio a los vecinos del sector, consiguiendo que las mujeres secuestradas pudieran ser liberadas.

Dos días después de la detención, Ariel Castro fue acusado de cuatro cargos de secuestro y tres de violación, indicó diario ABC.

El sujeto afirmó no haber actuado con mala intención, negando ser un nombre violento. “No soy un monstruo. Estoy enfermo“, manifestó aquel entonces, señaló DW.

Para evitar la condena de muerte, el imputado se declaró culpable a cambio de pasar el resto de su vida en prisión, recibiendo cadena perpetua y otros mil años sin posibilidad de optar por la libertad condicional.

Sin embargo, el 3 de septiembre de 2014, Castro se ahorcó en su celda de la prisión de Orient, Cleveland, finalizando así una vida que marcó el alma de tres jóvenes inocentes.

La macabra casa del terror de Cleveland
DW | Ariel Castro recibe su condena