Un escáner rápido y no invasivo de la retina podría ayudar algún día a los médicos a identificar a las personas que envejecen más rápido y que corren un mayor riesgo de mortalidad prematura, según una investigación publicada en línea en el British Journal of Ophthalmology.

El estudio, el primero de este tipo, según los investigadores, podría utilizarse como herramienta de detección y determinar así la verdadera edad biológica de nuestro cuerpo, que puede o no reflejar nuestra edad cronológica; el hecho de que dos personas tengan el mismo número de años no significa que se deterioren físicamente al mismo ritmo.

Ahora se ha enseñado a un modelo de aprendizaje profundo, una forma de aprendizaje automático e inteligencia artificial (IA), a predecir los años de vida de una persona simplemente mirando su ojo.

Según los resultados del análisis, el algoritmo logró predecir la edad retiniana y la edad real de casi 47.000 adultos entre los 40 y los 69 años, todos ellos pertenecientes al Biobanco del Reino Unido, con una precisión general de 3,5 años.

“Personas que envejecen rápido”

Poco más de una década después de que se escanearan estas membranas, 1.871 (5%) individuos habían muerto –321 (17%) de enfermedades cardiovasculares; 1018 (54,5%) de cáncer; y 532 (28,5%) de otras causas, incluida la demencia–, y los que la tenían retinas de aspecto más viejo, “personas que envejecen rápido“, tenían más probabilidades de pertenecer a este grupo.

Por ejemplo, si el algoritmo predecía que el ojo de una persona era un año más vieja que su edad real, su riesgo de morir por cualquier causa en los siguientes 11 años aumentaba un 2 %.

Al mismo tiempo, el riesgo de muerte por una causa distinta a las enfermedades cardiovasculares o el cáncer aumentaba un 3 %.

“Ventana” única de procesos patológicos subyacentes

La retina ofrece una ‘ventana’ única y accesible para evaluar los procesos patológicos subyacentes de las enfermedades vasculares y neurológicas sistémicas que se asocian a un mayor riesgo de mortalidad”, escribió Mingguang He, autor del estudio y profesor de epidemiología oftálmica de la Universidad de Melbourne y del Centro de Investigación Ocular de Australia.

A pesar de las prometedoras correlaciones, los resultados son puramente observacionales, lo que significa que aún no se sabe qué es lo que impulsa esta relación a nivel biológico.

Creciente evidencia científica

No obstante, los resultados respaldan la creciente evidencia de que la retina es muy sensible a los daños del envejecimiento.

Estudios anteriores han sugerido que las imágenes del ojo contienen información sobre factores de riesgo cardiovascular, enfermedades renales crónicas y biomarcadores sistémicos, entre otros.

“Nuestros novedosos hallazgos han determinado que la diferencia de edad de la retina es un predictor independiente de un mayor riesgo de mortalidad, especialmente por enfermedades no cardiovasculares o no cancerosas. Estos resultados sugieren que la edad de la retina puede ser un biomarcador clínicamente significativo del envejecimiento”, aseguraron.

Otros predictores existentes de la edad biológica no son tan precisos –además de ser costosos, largos e invasivos– como parece serlo la diferencia de edad del ojo, según reporta Science Alert.

Entre estos se encuentran las neuroimágenes, el reloj de metilación del ADN y el reloj de envejecimiento del transcriptoma.

Así, los nuevos hallazgos, combinados con investigaciones anteriores, añaden peso a “la hipótesis de que desempeña un papel importante en el proceso de envejecimiento y es sensible a los daños acumulados del envejecimiento que aumentan el riesgo de mortalidad“.