Aunque parece una historia de ciencia ficción, el metaverso deseado y descrito por Mark Zuckerberg, el jefe de Facebook, es una realidad que irá tomando forma poco a poco en el mundo tecnológico, a pesar de las críticas y preocupaciones en torno a ella.

“Va a haber nuevas formas de interactuar con los dispositivos que van a ser mucho más naturales que pulsar un teclado o un botón. Vas a hacer un gesto, o a decir unas palabras. Incluso solo tendrás que pensar en una acción para hacerlo“, se entusiasmó el pasado jueves, el fundador del gigante de las redes sociales.

El multimillonario anunció que su empresa ahora se llamará “Meta”, como la palabra griega que significa “más allá”, pero también como metaverso, por “metauniverso”, ese mundo paralelo que, según él, representa el futuro de internet.

Para sus detractores, el grupo californiano busca con esta estrategia distraer la atención de los numerosos daños de los que se le acusa, desde la difusión de desinformación hasta el abuso de una posición dominante en el mercado de la publicidad en línea.

Pero más allá de una posible estrategia política, el metaverso abarca dispositivos y estilos de vida que ya existen, para una minoría, como los vehículos autónomos.

Dentro de 10 años…

Zuckerberg ha estimado que dentro de diez años el metaverso podría representar “mil millones de usuarios, cientos de miles de millones de dólares en comercio digital y millones de puestos de trabajo para creadores y desarrolladores”.

Esto requerirá formas de proteger las transacciones y las creaciones intangibles. Para ello se podría utilizar la tecnología descentralizada blockchain, que ha permitido la aparición de criptomonedas como el bitcóin y los NFT (certificados digitales de autenticidad para contenidos en línea).

“Nuestra prioridad será el metaverso, no Facebook”, subrayó Zuckerberg. “Esto significa que, con el tiempo, no se necesitará usar Facebook para acceder a nuestros otros servicios“, concluyó.