¿Has notado que tu perro come pasto y luego lo vomita? Esta es una de las interrogantes que muchos han intentado descifrar, donde la principal teoría es que el animal lo hace porque tiene alguna dolencia estomacal.

Sin embargo, los estudios dicen todo lo contrario, pues hasta ahora no habría alguna respuesta para esta práctica que realizan la mayoría de los canes.

Según una investigación de la revista Applied Animal Behaviour Science, publicada en 2008, “científicamente no hay nada demostrado, hay varias teorías, pero ninguna del todo cierta”.

De acuerdo a la veterinaria Ixone Capataz, del Hospital Veterinario AniCura San Fermín, este sería “un comportamiento heredado de los lobos, cuya base alimentaria es la carne, todo proteína, y como mucho adquieren vegetales y fibras a raíz de las vísceras de los animales herbívoros que cazan. Pero a día de hoy esa causa no está demostrada porque los perros toman piensos que están equilibrados en todos estos nutrientes”, dijo en conversación con el sitio Huffington Post.

A su vez, la especialista se refiere a que el motivo porque ingieren hierba los animales “no tiene que ser necesariamente grave. Puede ser una gastritis. Un perro que tiene gastritis o un malestar estomacal y se alivia comiendo hierba, pero no porque quiera vomitar”, precisó.

“No es porque ellos quieran vomitar, sino porque tienen como un ardor de estómago que necesitan calmarlo con algo, solo que a ellos no les calma. Es como decidir tomarte una infusión para aliviarte que al final te provoca más vómitos, pero no es porque ellos quieran”, explicó.

¿Cuándo acudir a un veterinario?

Según detalló Capataz, no es dañino que los canes consuman pasto o hierba, pero sí se debe tener mucho cuidado de dónde proviene, pues podría tener productos dañinos.

“Hay que tener cierto cuidado con dónde comen, especialmente si la zona ha sido tratada con algún producto”, dijo.

Por otra parte, también hizo énfasis en que se debe llevar de inmediato al perro una vez que esto ocurra con una frecuencia superior a la normal.

“Hay que dejarlo cuando es un terreno que conoce, que cuando lo come no vomita. También hay que ver que no lo haga de forma compulsiva, que se pasen media hora comiendo. En estos casos habría que sacar algo en el paseo algo que les atraiga: un juguete o algo de comida”, concluyó.