Por lo general, cuando hablamos de relaciones tóxicas y abusivas, pensamos de inmediato en relaciones amorosas, sin embargo, en las amistades también pueden darse este tipo de situaciones en las que priman emociones estresantes, negativas y hasta agotadoras.

Es esperable que en cualquier relación se den conflictos en algún momento, la gran diferencia es cómo resolvemos ese embrollo o si es un hecho aislado o se repite en el tiempo. Si ocurre esta última dinámica, entonces es mejor salir de ahí y recuperar tu libertad.

La psicóloga y candidata a doctora en la misma disciplina en la Universidad Capella y profesora adjunta de la Universidad de Syracuse (Estados Unidos), Kristy Lee Hochenberger, comenta que “reconocer errores, hacer las paces y seguir evolucionando es la forma en que las personas sanas y no tóxicas se separan de los narcisistas”.

Pero ¿cómo saber si estás viviendo alguna amistad tóxica? Lo primero es identificar ciertos lugares comunes de estas personas, como ser demasiado competitivas, poco empáticas, reticentes al apoyo y ‘tirar para abajo’ constantemente a otras personas.

El médico psiquiatra Ralph Ryback, detalló al menos cinco tipos de personas tóxicas que debes mantener lejos de tu vida.

1.- El crítico

¿Te sientes juzgado o criticado todo el tiempo por ese amigo o amiga? Si bien la amistad también está para poder conversar de manera franca y honesta distintos temas, permitiéndose críticas y consejos, si al más mínimo error recibimos de vuelta insultos o críticas negativas, entonces hay que estar alerta.

Por otro lado, puede que una persona crítica no use insultos pero es probable que sí lo haga con nuestras creencias, aspectos o manera de ver la vida. Según Ryback “esto suele pasar porque tiene baja autoestima y quiere tener el control. En lugar de intentar hacer sugerencias para mejorar nuestros malos hábitos, se aferra a cualquier excusa para reprochar estos hábitos y entorpecernos personalmente“.

2.- El agresor pasivo

En ocasiones algunas personas no lo reconocen como una agresión, pero lo cierto es que el comportamiento pasivo agresivo suele ser un rasgo muy común en personas tóxicas. Estas personas cuando se enojan o se molestan por algo, no suelen expresar su enojo de manera directa y franca, sino que optan por una expresión pasiva del mismo.

Algunos ejemplos que entrega el psiquiatra son cuando nos dejan esperando continuamente, nos hacen salir tarde del trabajo o a una cita. Se victimizan pero con un mensaje disfrazado de que “todo está bien” y no les importa, sin embargo, están conscientes que están provocando daño o causando un mal rato a otros.

“Se suele sentir como si tuviéramos que cuidarnos de absolutamente todo cuando estamos con una persona pasivo-agresiva. Negación de sentimientos, sarcasmo y groserías disfrazadas de halagos son todos ejemplos de una actitud pasivo-agresiva“, advierte.

3.- El narcisista

El narcisista siempre creerá que su amistad es lo mejor del universo, todo lo sabe, es exitoso en todo lo que hace y siempre tiene ansias de gritárselo al mundo.

Ser amigo de una persona narcisista nos hará sentir -a menudo- que nunca estaremos a su altura. Y tal como el narcisismo se considera un desorden de la personalidad, es sumamente tóxico.

Este tipo de personas nos hará sentir como que estamos en una competencia con ellas en cualquier situación y aunque no sea esa tu intención.

“Suelen oponerse a encontrar el punto medio, carecen de empatía y entendimiento y quieren ser el centro de atención. Suelen arruinar ocasiones especiales, como un cumpleaños o un hito en la carrera profesional de alguien más, porque necesitan ser halagados constantemente, incluso cuando es el momento de brillar de alguien más”, detalla.

Lo más lamentable es que en realidad los narcisistas tienen una muy baja autoestima y por eso se ofenden con facilidad, y esa vulnerabilidad se expresa en ira y resentimiento, por lo que es mejor mantenerse lejos de estas personas.

4.- El constructor de muros

Todos podremos tener un amigo que es más callado que otros, sin embargo, cuando existe una relación de confianza y esa persona intenta poner siempre “un muro” entre sus amistades y él, entonces hay que tener ojo.

Si una persona se niega constantemente a participar en conversaciones que requieran un mayor compromiso emocional, provocará que la otra persona no se sienta digna de una comunicación transparente.

A veces no es porque sean malas personas, sino que les cuesta admitir que eso sea un problema en la relación, por lo que si estas situaciones se repiten en el tiempo, desarrollarán sentimientos negativos y barreras que dificultarán una relación duradera.

“Si intentamos comunicarnos con una persona que conocemos bien y se rehúsa a ser honesta y abierta con nosotros, tal vez deberíamos reconsiderar nuestros motivos para permanecer en esa relación en primer lugar”, aconseja Ralph.

5.- La personalidad antisocial

El Desorden de Personalidad Antisocial (DPAS) está definido dentro del Manual Estadístico y de Diagnóstico de Enfermedades Mentales e incluye características de sociopatía y psicopatía.

Resulta curioso que muchas personas sienten una especial empatía o son fácilmente seducidas por este tipo de personalidades. Según el psiquiatra, es -en parte- porque nos vemos reflejados en el comportamiento de la gente con DPAS.

No obstante, lo peligroso es que los psicópatas son denominados “camaleones psicológicos” pues actúan muy bien el rol emocional que se requiere para acercarse y crear relaciones de confianza con sus víctimas. “Son tan hábiles en ello que sus víctimas no se dan cuenta de lo que está pasando. Este comportamiento psicológicamente predatorio solamente puede prevenirse mediante una investigación diestra del historial de dolor y sufrimiento que el individuo ha dejado atrás”, dice.

Por lo mismo, hemos visto en más de algún programa de televisión o noticiero que a veces ni las propias víctimas creen lo que se dice de sus abusadores hasta que están frente a evidencia irrefutable o es demasiado tarde. “El ‘amor’ de un psicópata es principalmente una necesidad de control, adulación y poder que se ocultan detrás de la portada de su libro”, advierte.