En una de las escenas más icónicas de la película Diario de una pasión, protagonizada por Rachel McAdams y Ryan Gosling, los dos mantienen una fuerte pelea en la que se sacan en cara lo que pasó en el tiempo que estuvieron separados tras vivir un intenso romance.

Justo después de la discusión, se besan apasionadamente y van directo a la habitación para desquitar toda esa rabia, ahora convertida en un incontrolable deseo. El conflicto se termina y la relación queda restaurada.

Aunque se trata de una historia de ficción, seguramente más de alguien se siente identificado y sabe que este tipo de situación también se da en la vida real. Cuando los miembros de una pareja discuten, surgen las ganas de resolverlo en la intimidad.

¿Por qué resulta tan atractivo el sexo de reconciliación? ¿Será que el enojo y la excitación están conectados de alguna manera? Según una publicación de la revista Womens Health, terapeutas y expertos coinciden en que hay algo de ciencia detrás de este fenómeno.

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Hormonas e instinto de supervivencia

Hormonas como la testosterona, adrenalina o cortisol (la del estrés) se disparan cuando discutimos con otra persona, aunque se trate de nuestra pareja.

“Cuando el cortisol se libera, nuestro cuerpo y mente se sienten muy cerca de la sensación que tenemos al mantener relaciones sexuales”, explicó la sexóloga Jenni Skyler.

El alivio del orgasmo aumenta el nivel de la serotonina, dopamina, adrenalina y oxitocina, señaló también el terapeuta Andrew Aaron.

Un encuentro sexual después de un conflicto desbloquea una parte profunda y primaria de la psique, y no solo brinda alivio, sino que además genera cierto nivel de excitación. “Pasas de sentirte amenazado a exitoso por haber sobrevivido a la amenaza”, agregó Andrew.

Básicamente, el cuerpo celebra con esa emoción tras percibir que ha superado un contratiempo.

Ansiedad y excitación

Existen dos sensaciones hermanas que incrementan el pulso, el flujo sanguíneo y la respiración. Se trata de la ansiedad y la arousal (nivel de excitación de la corteza cerebral).

“Cuando estamos bajo estrés, como el que genera una discusión, nuestro sistema nervioso se despierta”, señaló la ‘coach’ sexual y de relaciones Michele Lisenbury Christensen en el mismo artículo. Esto explicaría por qué las peleas de pareja ‘prenden’ a quienes participan en ellas.

“Esto también enciende tu respuesta de lucha o de huida, lo que te llena de energía y te motiva a que quieras actuar físicamente de alguna manera”, añadió Elesa Zehndorfer, experta en fisiología.

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Cuota de sadomasoquismo

El concepto ‘pasión’ tiene su origen latino en la palabra ‘patior’, que significa sufrir. Es algo así como un dolor agradable.

“Hay un vínculo muy estrecho entre el enfado, la pasión, el sufrimiento y la conexión”, aseguró el ‘coach’ de relaciones Valarie Merced.

En ese sentido, un psiquiatra especializado en relaciones y salud mental llamado Gail Saltz, explicó que “pelear puede estimular las fantasías sexuales más masoquistas (conocidas como sentir placer al transmitir o recibir dolor)”.

Por otro lado, el mismo experto asegura que los eventos traumáticos de peleas o discusiones intensas experimentados a lo largo de la vida, pueden tener conexión con sentimientos sexuales. De esta forma, es probable que nos sintamos ‘calientes’ tras un conflicto con nuestra pareja, pues es una manera de superar un trauma.

Por último, hay que tener cuidado, pues cuando el sexo alivia el temor y estabiliza la seguridad, la idea no es acostumbrarse a este mecanismo ni mucho menos recurrir a él a propósito.