El 1 de junio de 2004, una vida se apagó y otra cambió para siempre en la localidad de Nagasaki, Japón. Natsumi Tsuji, una niña de apenas 11 años, asesinó a sangre fría a una compañera, en una especie de venganza por haberla insultado en Internet.

La historia de Natsumi, supera la ficción. Desde pequeña, la niña mostró un gran interés por los deportes y los estudios. Su coeficiente intelectual era de 140 puntos -algo muy fuera de lo común- y también le gustaba ver películas y pasar tiempo en el computador.

Luego que bajara sus notas por el deporte, su madre le prohibió practicarlos, por lo que empezó a pasar más tiempo encerrada en su habitación, y volcó todo ese entusiasmo en pasar horas en el computador, consignó el portal Infobae.

Le gustaba ver películas de terror y ‘gore’, además de ser fanática de los mangas. Tanto así que desarrolló su propia página web con animaciones de terror y a su corta edad ya era reconocida en ese submundo del género.

Fue en este contexto que un día tuvo una discusión online con Satomi Mitarai, su amiga y compañera de clase, quien le dio a entender que ella era mucho más popular y la llamó “gorda” y “pretenciosa”. Eso molestó profundamente a Natsumi, por lo que le exigió a su amiga que se disculpara, algo que ella ignoró. Fue entonces cuando comenzó a planear su brutal venganza.

Menos de un mes después de ese episodio, la niña tenía todo preparado para darle una feroz lección a Satomi. A la hora del almuerzo, la invitó a una sala de clases vacía, convenciéndola de que le enseñaría un nuevo juego.

La amiga aceptó y dejó que Natsumi la guiara. Ésta la sentó en una silla, le quitó sus anteojos y le dijo que iba a morir. Claramente Satumi pensó que se trataba de un juego por lo que no le prestó mayor atención a esa frase.

Natsumi le dijo que no debía mirar y le ofreció tapar sus ojos con una venda, algo que la niña no quiso, por lo que simplemente Natsumi puso una de sus manos sobre sus ojos y, con la otra, sacó un cuchillo cartonero que clavó en el medio del cuello de Satomi.

La víctima no pudo pedir ayuda al tener la garganta abierta y comenzó a desangrarse en la misma silla.

Pero eso no fue todo, pues la ira de Natsumi era tal que además le cortó las dos muñecas.

Compañeros y profesores estupefactos

La ahora asesina salió de esa aula muy tranquila y avanzó hacia su clase. En el camino, se dice que compañeros la vieron ensangrentada y le tomaron unas fotos, las mismas que luego se viralizaron en Internet e incluso se pusieron a la venta, aunque dicen que eran falsas.

Fue recién cuando llegó a la clase que el profesor quedó estupefacto y -al ver restos de sangre- corrió hacia la otra sala a ver qué había sucedido, momento en que Natsumi lo siguió llorando diciéndole: “He hecho algo malo“.

Al llegar al salón, Satumi ya estaba muerta.

Detenida en un reformatorio

Al llegar la policía, la niña confesó el crimen y dijo que lo había planeado hace cuatro días y mostró arrepentimiento. “He hecho algo malo, ¿cierto? Lo siento, lo siento mucho”, habría dicho entre lágrimas.

El 15 de septiembre de 2004 se determinó en el juicio que la niña debía ser enviada a un reformatorio ubicado en la prefectura de Tochigi. Fue sentenciada -primero- a dos años de reclusión, informó en ese entonces la BBC.

Allí le realizaron pruebas médicas, tuvo sesiones con psicólogos y psiquiatras, quienes no pudieron determinar algún trastorno que explicara su asesinato a sangre fría. Solo encontraron rasgos de personalidad relacionados al Asperger y al síndrome de Hikikomori, el que vuelve a las personas un tanto solitarias y sin ganas de salir de su casa o tener contacto con gente.

Cuando cumplió los dos años en el centro, le dieron dos años más para seguir evaluándola. En ese intertanto pudo obtener su licencia de primaria.

Tras cumplir con esa nueva condena, el 29 de mayo de 2008 le dieron arresto domiciliario, considerando que la menor de edad ya se encontraba en condiciones de reintegrarse a la sociedad de manera normal. Ninguna de las partes intervinientes en el juicio, buscaba una condena adicional.

Finalmente, el año 2013 -ya con 20 años- Natsumi quedó libre y se instaló junto a su familia en un lugar que aún se desconoce.