Este jueves se vivió una peligrosa situación en Morón, localidad argentina donde ocho personas quedaron gravemente lastimadas tras ser atacadas por un pitbull. Fuera de control, el perro tuvo que ser sacrificado por un agente policial que le disparó.

Se llamaba Jason y tenía dos años. Pertenecía a Marcelo Ríos, ex concejal y funcionario municipal. Sus vecinos contaron a Clarín que no era el primer incidente de ese tipo, pues el mes pasado, tras morder a dos personas del barrio, el animal fue trasladado a un lugar donde lo dormirían por su conducta agresiva.

“El dueño lo fue a buscar y se lo dieron. Si lo hubiesen sacrificado a tiempo, esto se podría haber evitado”, explicó Marta Orellana, una de las víctimas, quien quedó con ambos brazos vendados desde la falange hasta el codo. “El perro era asesino, me quedé con terror, no quiero salir a la calle. Le tengo que decir a mi hija que me acompañe. Me la pasé todo el día llorando”, relató también.

Víctima pitbull
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El caos del ataque

Efectivos de la Policía Bonaerense se encontraron un verdadero caos cuando llegaron al lugar: gente sangrando en el piso mientras otros gritaban desesperados pidiendo ayuda.

Testigos indicaron que era imposible detener al perro, pero hacían lo posible para defenderse de sus ataques.

Felipe Martínez (57), una de las víctimas, quedó con lesiones en sus piernas y la mano derecha. “Era un asesino, nos quería comer. Le pegué una patada y me tapé con la bolsa que tenía, por eso me soltó. Ese perro salió a matar gente, salió a comer”, relató al medio argentino.

Liliana Paskut, una mujer de 50 años, tuvo que ser operada de urgencia, pues perdió un pedazo de muslo, entre otras heridas, mientras una vecina del sector quedó con 100 puntos de sutura en uno de sus brazos, además de un gran daño en uno de los tendones.

víctima perro
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Violento final

Cuando el pitbull quiso atacar a la autoridad que se apersonó en el lugar, vino el desenlace: al percatarse del riesgo, un efectivo disparó dos veces su arma de servicio, causando la muerte del can.

“El policía no le quiso disparar, le pegó dos tiros porque se lo pedimos y el perro seguía atacando igual”, aseguró un testigo del hecho.

El cuerpo inerte fue retirado del lugar, mientras que las personas involucradas interpusieron una denuncia en contra de Marcelo Ríos, el dueño, quien podría enfrentar un juicio civil los próximos meses, sobre todo considerando que había antecedentes previos de negligencia de su parte, ya que su mascota atacó en 2018 a un grupo de niños que jugaban en la calle.