Laura tiene solo 12 años. Su pareja, Pedro, 15. Sus nombres son ficticios, pero su historia es real, y demuestra la feroz ausencia de un Estado que garantice políticas de educación sexual y reproductiva.

Cuando supieron del embarazo, sus respectivas familias los dejaron solos. Así, tuvieron que irse a vivir juntos en una improvisada vivienda hecha de tablas y otros materiales que pudieron recolectar.

La segunda semana de enero, la niña empezó a sentir dolores de parto, pese a que solo tenía 8 meses de gestación. Ambos partieron al servicio público más cercano: Santa María de Ajoloapan, un pueblo originario del municipio de Tecámac, Estado de México.

Infancia y abandono

Según consigna BioBioChile, la edad de la madre tomó por sorpresa al equipo médico, que alertó a las autoridades municipales. Rápidamente, trasladaron a la pareja a un hospital privado.

El 13 de enero, sin estar libre de complicaciones, dio a luz a un bebé prematuro en el Hospital General de las Américas. Medios mexicanos como El Universal informaron que la criatura pesó 3 kilos.

Mariela Gutiérrez Escalante, alcaldesa de Tecámac, usó su cuenta de Facebook para revelar esta noticia, no solo abordando la historia de estos dos menores que fueron padres, sino también las de otros miles que necesitan el mismo apoyo.

“Hasta hoy hemos registrado a 70.000 menores, de los cuales tenemos la información que 9.276 requieren atención médica, psicológica o nutricional, la que se les va a proporcionar a partir de marzo”, mencionó la mujer, quien defendió el programa llamado ‘Mi Gran Esperanza’, que busca dar seguimiento a niños y niñas en situación de vulnerabilidad.

niños padres
Facebook | Mariela Gutiérrez

La dura realidad

Gracias a las gestiones de la Municipalidad de Tecámac, a ‘Laura’ le están entregando los cuidados de salud necesarios tras el parto. Ella y ‘Pedro’ recibirán apoyo psicológico.

A pesar de todo eso, el escenario posterior se ve complejo para la pequeña familia. Las condiciones de su vivienda representan un peligro para la salud de los padres, y más todavía para el prematuro bebé, pues la madera y el piso de tierra no los podrán resguardar del clima. Eso sin mencionar el tema de la alimentación.

Recientemente, medios locales señalaron que la municipalidad se comprometió a darles un equivalente a 90 mil pesos chilenos. Con eso, los tres deberán buscar la forma de sobrevivir de aquí en adelante.

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Facebook | Mariela Gutiérrez