Este miércoles Lisa Montgomery fue ejecutada por la justicia estadounidense. Se trata de la primera de estas sentencias contra una mujer desde 1953.

Los detalles de los hechos que la llevaron a esa posición se remontan a los años 2004 y 2005, al asesinato de Bobbie Jo Stinnett, de 23 años, y al secuestro de Victoria Stinnett, su hija que en ese entonces estaba aún en el vientre de su madre.

Lisa y Bobbie se conocieron por Internet: ambas compartían interés por los perros de raza rat terrier, usados en las granjas norteamericanas para combatir plagas.

Bobbie, entonces de 23 años, tenía un pequeño criadero junto a Zeb Stinnett, su pareja y padre de la bebé que esperaba; Lisa, en tanto, tenía 36 años, de los cuales los primeros 14 fue víctima de abusos sexuales reiterados por parte de su padrastro.

A esa edad Lisa ya tenía cuatro hijos de un matrimonio fallido (además de la imposibilidad de concebir más, tras decidir ligarse las trompas), y se responsabilizaba de los otros tres que su última pareja tenía.

Eran, pues, los bebés y los perros los que hicieron que Bobbie y Lisa se comunicaran con tanto entusiasmo. Sin embargo, Lisa quiso acercarse no tan de frente y no con buenas intenciones.

Montgomery se creó una cuenta falsa en la página web en la que participaban y le preguntó a uno de los amigos de Bobbie Jo si conocía a alguien que criara y vendiera perros. Él fue quien las contactó.

Un intercambio de correos electrónicos para concretar la compra de los cachorros, fijó el día de la muerte de Bobbie Jo: el jueves 16 de diciembre de 2004 a las 14:30.

En cuanto Lisa tocó la puerta, Bobbie Jo colgó el teléfono con el que hablaba con su madre y fue a abrir. Apenas eso ocurrió, la mujer se abalanzó sobre la dueña de casa y le enroscó una cuerda rosada en el cuello. En el desmayo, Lisa puso de espaldas a Bobbie y, usando un cuchillo de cocina, extrajo a la pequeña Victoria de su abdomen. Faltaban solo unas semanas para que su madre diera a luz.

Becky Harper, la mamá de Bobbie Jo, caminó hasta la casa de su hija intrigada por tan abrupto término de la conversación. Al llegar al lugar, caminó hacia el fondo donde estaban los cachorros, y se pilló con la aterradora escena.

En su llamada al 911, describió la imagen lo mejor que pudo: “Fue como si su estómago hubiese explotado”. Les contó, también, que no había señales del bebé.

Revisando el historial de conversaciones sobre el blog de perros, otra criadera pudo unir los hilos entre Bobbie Jo y Lisa (quien se había puesto en contacto con un nombre falso). Ella fue quien finalmente alertó a la policía de lo que ocurría.

Lisa también engañó a Kevin, su pareja de entonces, quien frente a la justicia declaró desconocer los pasos en los que andaba su esposa. “Esto debe ser mucho más duro para ellos que para mí. Estoy seguro de que conseguirán apoyo emocional de su iglesia y de su comunidad”, señaló a medios locales en ese entonces, de acuerdo a Infobae.

La relación con los bebés ha sido también una mentira en la vida de Lisa: después de haberse ligado las trompas, la mujer inventó dos embarazos con su expareja (y padre de sus hijos), y otros tres más con Kevin Montgomery, su último marido. El último de los tres fue cuando él llegó a buscarla a Topeka y tenía a Victoria entre sus brazos.

El fiscal a cargo del caso y quien determinó la condena, Mate Whitworth, señaló que Lisa planeó el asesinato con premeditación. Se determinó que lo suyo fue un secuestro terminado en muerte.

Durante este miércoles, Montgomery lucía desconcertada frente a los periodistas. Cuando se le preguntó si tenía o quería decir sus últimas palabras, ella contesto: “No”.

Hoy en día, Victoria Jo Stinnett, la hija de Bobbie Jo, tiene 16 años.