La empresaria italiana María Chindamo había sido visto por última vez el 6 de mayo de 2016. A partir de ahí se le perdió el rastro, dando inicio a una frenética búsqueda, para dar con su paradero.

Y la primera investigación llevada a cabo por las autoridades, dieron con el vehículo de la mujer, que en su interior tenía rastros de sangre y mechones de pelo.

A partir de este hallazgo, la policía elaboró una primera hipótesis: una supuesta venganza por parte de familiares de su exesposo, quien se suicidó tras separarse de ella. No obstante, el caso dio un brusco giro, luego de una importante confesión a comienzos de este año.

Antonio Cossidente, exintegrante de la mafia de los Basilischi, sostuvo que el asesino de Chindamo fue el narcotraficante Salvatore Ascano, quien vive justamente frente a la parcela de Chindamo, consignó el medio inglés The Telegraph.

Cabe señalar que Ascano fue detenido en 2017, pero tiempo después quedó en libertad, por falta de pruebas. Ahora, con estos nuevos antecedentes, la policía emitió una nueva orden de captura contra Ascano, que actualmente se encuentra prófugo.

El asesinato

Cossidente reveló a los investigadores las razones que llevaron a Ascano a poner fin a la vida de Chindamo, las cuales tendrían que ver con una negativa de la mujer a venderle su parcela ubicada en Laureana di Borrello, en la provincia de Reggio Calabria, indicó el Daily Star.

Antonio Cossidente
Antonio Cossidente

Pero no sólo eso, el exmafioso agregó que los detalles del crimen, afirmando que la mujer fue llevada a una casa colonial, donde fue asesinada y posteriormente arrojada en un terreno, triturada por una trilladora y dada de comer a los cerdos, los cuales habrían estado en ayuda por varios días.

Como era de esperarse, las declaraciones de Cossiedente causaron impacto en la opinión pública en Italia, que ahora espera cuál será el cierre que tendrá este macabro caso policial.