Sin duda una de las historias más recordadas en época de Navidad, es la de los Reyes Magos. Según la leyenda, Melchor, Gaspar y Baltasar, viajaron guiados por la estrella de Belén, para entregarle sus respectivos regalos a Jesús.

No obstante, también existe la historia de “Artabán”, el cuarto rey mago que llevaba una gran cantidad de piedras preciosas, y que se perdió de su camino.

Fue en 1896 cuando Henry van Dyke, teólogo presbiteriano estadounidense, escribió un cuento de Navidad titulado El otro rey Mago, donde relató esta desconocida historia.

De acuerdo al texto, los cuatro Reyes Magos habían acordado reunirse en el zigurat de Borsippa, en la antigua Mesopotamia. De ese modo partirían juntos a Belén.

Artabán, debía cabalgar hábil y prudentemente para reunirse con los otros tres magos a la hora señalada. La ruta medía 150 parasangas (unidad métrica que corresponde a 10 km), y 15 era la mayor distancia que podía cubrir en un día”, detalla el cuento navideño.

Sin embargo, en su camino se encontró con un enfermo a quien decidió ayudar, a pesar de que si no llegaba a la hora fijada, sus compañeros partirían sin él.

Enseguida se acercó al enfermo y lo llevó hasta el pie de la palmera. De uno de los canales cercanos, trajo un poco de agua para humedecer la frente y los labios del desdichado”, precisa el texto.

Memories
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Después de brindarle su apoyo, y perderse el encuentro con sus otros tres compañeros, emprendió solo su camino hasta Belén, a pesar de perder de vista la estrella. No obstante, al llegar se dio cuenta que el niño Jesús ya había nacido y sus padres habían huido rumbo a Egipto, escapando de la matanza de infantes ordenada por Herodes.

Las calles de la aldea parecían estar desiertas. Por la puerta abierta de una casucha de piedra, Artabán alcanzaba a oír el canto suave de una mujer. Entró en la vivienda y halló a una joven madre arrullando a su hijo. Ella le relató sobre los forasteros que llegaron al villorrio tres días antes“, agrega el cuento.

A pesar de su fallida misión, Artabán no bajó los brazos y en su camino encontró al ejército romano, a quien trató de detener. No obstante, fue capturado y condenado a 30 años de prisión en las cárceles del imperio.

Tras salir en libertad, el cuarto rey mago siguió brindando ayuda en los lugares por donde pasaba, sin pensar que el cargamento de piedras preciosas iba reduciéndose poco a poco.

Contexto Pexels
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Fue así como pasaron 33 años, hasta que un día llegó al monte Gólgota, donde crucificarían a un hombre que “decía ser el Mesías enviado por Dios”. “¿Sería posible que se tratara de la misma persona cuyo nacimiento se anunciara con la aparición de una estrella?“, plantea la historia.

“El corazón de Artabán latía agitado por las emociones. ‘Los caminos de Dios son más singulares que los pensamientos de los hombres'”, añade el cuento publicado en 1896.

Mientras observaba a la gran cantidad de gente reunida en el lugar, Artabán alcanzó a ver que una mujer era llevada a la plaza en donde sería vendida como esclava para liquidar la deuda de su padre. Para evitarlo, entregó el último rubí que le quedaba en su bolsa, a cambio de su libertad.

“Desconsolado y triste se colocó junto a una casa, pero en ese momento la tierra tembló y una roca lo golpeó dejándolo moribundo. Artaban agonizando pidió disculpas por no haber cumplido con la misión de adorar al Mesías, pero antes de morir, una voz le dijo: ‘Todo lo que hiciste por los demás lo has hecho por mí, pero hoy estarás conmigo en el reino de los cielos’”, concluye el cuento.

¿Por qué el cuarto Rey Mago se perdió? La explicación astronómica

El astrónomo y escritor de enigmas del cosmo, Mark Kidger, de la Agencia Espacial Europea (ESA), aseguró en una columna de la revista especializada New Scienst, que el cuarto Rey Mago pudo perderse debido a un fenómeno astronómico.

De acuerdo a lo planteado por el experto, la denominada estrella de Belén, la cual guió a los tres Reyes Magos, pudo ser una nova. Es decir, una estrella que aumenta enormemente su brillo de forma súbita y después palidece lentamente, pero puede continuar existiendo durante cierto tiempo.

Pixabay
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Pero, ¿qué pasó con el cuarto rey mago? Según la teoría de Kider, Artabán, quien iba por su cuenta, pudo perder la referencia del camino, después que la Luna y la nova estuvieran en conjunción. Esto tapó su luz, y por ende lo dejó sin guía.

En su libro The Star of Bethlehem: An Astronomer’s View, Mark Kidger apuesta por esta conjunción ocurrida a mediados del 5 de marzo a. C. Una complicación, es que según Mateo, el único escritor del evangelio que menciona el presagio, la estrella se le apareció a los Reyes Magos dos veces, una cuando estaban en casa y luego meses después cuando salieron de Jerusalén.

Considerando lo anterior, Kidger resuelve esta interrogante, sugiriendo que la brillante Luna llena se interpuso en su camino, por lo que los magos perdieron de vista la estrella por un tiempo.

Tomando en cuenta las fechas antes mencionadas, la denominada estrella de Belén no estaba en el cielo el 25 de diciembre del 1 a. C. “Herodes el Grande ya había muerto para entonces, y la fecha de Navidad en pleno invierno se eligió en el siglo IV, para darle al cristianismo un festival para competir con las Saturnalias (importantes festividades romanas)”, indica finalmente.