Los poppers son una droga recreativa que -por lo general- se encuentran en tiendas de bienestar sexual bajo nombres como “Rush” o “Bang”, por nombrar solo un par.

Este químico contiene nitrito de amilo, sustancia química perteneciente a la clase de los nitritos de alquilo y que en este caso se presentan en pequeños frascos con la sustancia en forma líquida. Al ser muy volátil, en cuestión de segundos el popper pasa a estado gaseoso a temperatura ambiente y se inhala directamente del envase.

Hace más de un siglo, se utilizó para afecciones como angina de pecho o similares, ya que su consumo propiciaba la relajación de la musculatura lisa y dilataba las arterias.

No obstante, actualmente su uso dista bastante de estas enfermedades y se utiliza principalmente como una droga recreativa durante el sexo.

Según ChemSafe -proyecto de la ONG española ABD que trabaja con distintos programas de reducción de riesgos asociados al consumo de drogas en espacios recreativos- el efecto dura solo unos minutos, y se experimenta una sensación de mareo, taquicardia y “subidón” en la cabeza, producto de los cambios en la tensión arterial.

Algo en lo que coincide la doctora Aifric Boylan, médica generalista y directora del servicio médico Qoctor, quien explicó a la revista Vice, que este aumento del flujo sanguíneo hacia el cuerpo, “puede producir efectos físicos y mentales que suelen durar unos pocos minutos: euforia, aumento de la libido, desinhibición, mayor sensibilidad en la piel y relajación de las paredes del ano y la vagina”.

Por lo anterior, se vincula su consumo a prácticas sexuales, aunque también otras personas la utilizan en contextos festivos, ya que puede intensificar las luces y sonidos.

Pero ¿qué riesgos asociados significa el consumo de poppers?

Boylan enfatizó que si bien no hay constancia de que el amilo provoque grandes problemas a largo plazo, sí los produce a corto. “Con el tiempo se puede llegar a desarrollar una reacción alérgica. Otro síntoma raro pero grave es la metahemoglobinemia, es decir, que la sangre deje de transportar oxígeno. Esto puede ser mortal y ocurriría si alguien llegara a tragar popper en lugar de inhalarlo”, advirtió.

En el caso de una persona con problemas de circulación o de corazón, las consecuencias también podrían ser impredecibles e incluso graves, debido a los cambios de presión sanguínea que provoca la droga. “Para una persona que esté bajo tratamiento por disfunción eréctil con fármacos como Viagra -por ejemplo- los poppers podrían disminuir gravemente la presión sanguínea y provocar una embolia”, comentó.

En cuanto a efectos secundarios más inmediatos, ChemSafe detalla dolor de cabeza, mareo y/o taquicardia persistente. Si bien el popper no suele generar dependencia sí produce tolerancia farmacológica, por lo que mientras más se use, más necesario será incrementar las dosis de forma progresiva para conseguir el mismo efecto.

De acuerdo al portal especializado en temas de salud y bienestar Salud 180, su consumo excesivo podría provocar pérdida del conocimiento, confusión mental, vértigo, dolor de cabeza y náuseas, entre otros malestares.

ChefSafe también señala que el uso simultáneo con otras drogas estimulantes (MDMA, speed, metanfetamina, cocaína…) puede provocar que el sistema cardiovascular necesite un esfuerzo extra que pondría en riesgo la salud.

Por último, el Instituto Nacional sobre el Uso Indebido de Drogas de Estados Unidos, señaló que como los nitritos se suelen usar para mejorar el desempeño y el placer sexual, “pueden llevar a prácticas sexuales poco seguras o a otras conductas de riesgo”, lo que evidentemente aumenta las probabilidades de contraer o propagar infecciones de transmisión sexual (ITS).