Puede que en más de alguna ocasión hayas sentido la necesidad de repetir muchas veces una tarea o volviste a casa para asegurarte de que habías cerrado bien las ventanas. En ciertos casos, podría tratarse de un TOC, es decir, un trastorno obsesivo compulsivo.

En primer lugar, debes saber que se trata de una condición marcada por un patrón de pensamientos, sentimientos, imágenes, sensaciones o impulsos no deseados e intrusivos.

Las personas con trastorno obsesivo compulsivo tienen pensamientos incontrolables que les causan ansiedad, haciéndoles comprobar las cosas repetidamente o realizando rutinas y rituales por lo menos una hora al día, describe el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos.

Cómo reconocer si tienes un TOC

En este caso, quienes padecen el trastorno crónico, pueden presentar obsesiones, compulsiones o ambas cosas. En el primer caso, algunas de las más comunes son: tener miedo a los gérmenes o a contaminarse, sufrir de ansiedad por extraviar algo y mantener las cosas simétricas u ordenadas perfectamente.

“Las compulsiones pueden incluir evitación, búsqueda de tranquilidad, revisión mental, rituales y otros actos repetitivos. Una vez hecho eso, el paciente obtiene una falsa sensación de seguridad“, plantea Kevin Foss, especialista del Centro de tratamiento de ansiedad y TOC de California, en una columna del sitio especializado Psychology Today.

Es decir, algunas personas realizan diferentes “ritos” como lavarse excesivamente las manos, comprobar y recomprobar que las ventanas y puertas queden bien cerradas o incluso evitar ciertos elementos cortantes.

¿Por qué se produce?

Según precisa el Instituto Nacional de Salud Mental, el trastorno obsesivo compulsivo puede tener un componente genético y comienza a manifestarse en la adolescencia o a principios de la edad adulta.

“Los investigadores han encontrado que varias partes del cerebro, así como ciertos procesos biológicos, desempeñan un papel clave en los pensamientos obsesivos y el comportamiento compulsivo, así como en el miedo y la ansiedad“, especifican.

Del mismo modo, los investigadores indican que las personas que han sufrido traumas físicos o sexuales tienen mayor riesgo de presentar este tipo de trastornos.

Si no se trata, el TOC puede restringir dramáticamente las vidas de las personas, cargándolas con pensamientos e imágenes invasivas (obsesiones) y comportamientos inadaptados, muy elaborados o repetitivos que consumen mucho tiempo (compulsiones)”, advierte el doctor en Psicología Clifford N. Lazarus, en una columna del sitio especializado Psychology Today.

Pexels
Pexels

El detonante

De acuerdo a los señalado por Foss, el TOC puede ser desencadenado por casi cualquier cosa, ya sean los pensamientos aleatorios que tenemos, las sensaciones que experimentamos o los objetos que encontramos.

“Todo lo que tú y yo encontraremos, pensaremos, sentiremos o experimentaremos es neutral hasta que le pongamos algún valor. Por ejemplo: ‘¿Un cuchillo es bueno o malo? Se puede usar para abrir una carta, pero también para matar a alguien'”, complementa.

Asimismo, los detonantes del miedo también son neutrales. Sin embargo, aquellos con TOC y trastornos de ansiedad, exageran el significado de los pensamientos que se les presentan.

Consejos para lidiar con un TOC

El doctor en Psicología Fred Penzel detalló en una columna publicada por la Fundación Internacional de TOC, algunos consejos para lidiar con este trastorno.

En primer lugar, recomienda siempre “esperar lo inesperado”. “Puedes tener un pensamiento obsesivo en cualquier momento y lugar. No debes sorprenderte cuando se produzcan“, recomienda. De igual forma, no dejes que eso te desanime.

Por otra parte, nunca busques la seguridad en tu interior o en los demás. “En cambio, repítete: ‘Lo peor que sucederá, está sucediendo o ya sucedió”, aconseja para calmar esos pensamientos. “La búsqueda de la tranquilidad es una obligación, no importa cómo intentes encontrarla”, asegura.

Si estás en un tratamiento psicológico, no te impacientes con tu progreso, ni mucho menos te compares con otra persona. “Todos van a su propio ritmo. En cambio, simplemente trata de concentrarte en llevar a cabo la tarea de la terapia de cada día, un día a la vez”, señala.

De igual forma, intenta estar de acuerdo con todos los pensamientos obsesivos que se presenten. Es decir, no los analices, cuestiones o discutas con ellos.

Finalmente, Penzel aconseja que no pierdas el tiempo tratando de prevenir o evitar esos pensamientos. “Eso solo tendrá el efecto contrario y provocará que tengas más de ellos (…) Los estudios han demostrado que no es posible detener o rechazarlos de manera eficaz“, concluye.