La pandemia nos ha hecho modificar diversas rutinas de nuestra vida, el lavado de manos de manera mucho más frecuente, la utilización de mascarilla, el dejar de saludarnos de beso, e incluso el cómo estamos durmiendo durante los últimos meses.

De acuerdo a información recopilada por CORPA, y respecto a cómo se dormía hace un año, la calidad del sueño en el país se ha visto profundamente afectada por la pandemia. La clase media y baja (C3D) son quienes peor duermen, con un 54% frente a un 44% correspondientemente a la clase media alta (ABC1C2).

Entre quienes han empeorado su sueño, un 41% dice que se debe a preocupaciones o por las situaciones producto de la pandemia. Mientras que un 14% comenta que su sueño ha mejorado y que creen esto puede ser debido a que por el teletrabajo se levantan más tarde y por ende, pueden manejar mejor sus horarios.

En cuanto a cómo se diferencian por género, un 58% de los hombres declaró que su sueño ha empeorado, esto frente a un 44% en las mujeres.

El neurólogo Fernando Schifferli, miembro fundador de Sochimes y director médico en Dormir.cl, comenta que el porcentaje sea mayor en hombres que en mujeres tiene relación a que para el hombre todo lo que ponga en riesgo la condición laboral y de acopio de las necesidades familiares le afecta de sobremanera.

“Antropológicamente y biomecánicamente, el hombre está más preparado y apto para la mantención, protección, aprovisionamiento y la conducta de lucha protectora de la especie. En palabras más modernas, para el trabajo físico”, comenta el especialista.

Así también asegura que “la mujer está más apta para el cuidado, y la protección más afectiva que física. Cuida de la especie de un modo distinto, pero no menos importante. Siente de un modo diferente su solidaridad y su actuar, desde el cuidado afectivo”.

Principales razones

Dentro de las principales razones por las cuales ha empeorado la calidad de sueño durante la pandemia, se encuentran: ansiedad, estrés y preocupaciones con 26%, problemas para conciliar el sueño 17%, y situación país, pandemia y encierro 15%.

Para Pavel Castillo, Gerente Comercial en CORPA, el realizar este tipo de estudios sobre la salud mental y en este caso puntual sobre sueño es muy relevante y de ayuda para la ciudadanía.

“Nos ayuda a comprender de manera más profunda el nivel de bienestar subjetivo de la sociedad. La calidad del sueño es crucial para la salud física, mental y emocional, y en Chile no existía un estudio que expusiera claramente cuál es la realidad al respecto. Vemos que la pandemia ha significado un empeoramiento importante del sueño, el chileno está estresado y ansioso”, señaló.

Otro dato que destaca en el estudio, es que un 57% califica como mala o muy mala su calidad de sueño, alcanzando nota 4,1, en una escala de 1 a 7.

Para el neurólogo Fernando Schifferli, el tener una mala calidad de sueño comprende tener fases y estados de sueño no incorrectos.

“Esto es lo que se denomina arquitectura del sueño. Y es muy importante porque de esas fases dependen muchos fenómenos corporales de regulación de la homeostasis fisiológica, emocional y mental como también de la conducta social”, manifiesta Schifferli.

La mala calidad de sueño que tienen los chilenos, puede deberse a factores como exceso de pantallas electrónicas, luz, sonidos, comidas copiosas previo a dormir, ingesta de alcohol, consumo de bebidas cola, medicamentos, entre otros.

Los niños tienen que dormir entre 10 a 12 horas, los jóvenes alrededor de 10 horas, y los adultos, un promedio de 7 a 8 horas como mínimo”, agrega.

31 a 51 años, la peor edad

De acuerdo al estudio de CORPA, son las personas entre 31 a 51 años quienes presentan la peor calidad de sueño, con nota 3,7. En tanto quienes tienen entre 18 a 30 años y de 51 a 70 años le ponen nota 4,3.

En cuanto a las tres principales razones para evaluar de forma negativa la calidad de sueño, estas son: despertar en la noche (26%) tener sueño al día siguiente (24%) y dormir poco (20%).

La metodología del estudio realizado por CORPA fue de manera online a hombres y mujeres de entre 18 a 70 años, a un universo de 436 personas.