Aunque no lo creas, hacer que tus hijos participen de las tareas domésticas tiene múltiples beneficios para ellos. Por ejemplo, los ayuda a reforzar el valor de la responsabilidad y, sobre todo, los hace más autónomos.

Asimismo, existe una manera divertida y respaldada científicamente para hacer que tus hijos se esfuercen más en las cosas que les pides que hagan. El método se relaciona con sus personajes favoritos.

Según el psicólogo ruso Lev Vygotsky, un destacado teórico del desarrollo infantil, “la imaginación impulsa el desarrollo de los niños precisamente en la edad en la que la realidad ya no puede seguir el ritmo de su curiosidad”.

Deja que elijan su personaje favorito

La evidencia científica sugiere que cuando los niños imaginan que son por ejemplo, Batman, Ben 10, Tinkerbell o el Capitán América, pueden asumir las perspectivas de los demás.

“Dos de cada tres niños de siete años tuvieron un amigo imaginario en algún momento. Estos niños comprenden mejor las perspectivas y las emociones de los demás y cuentan historias más complejas que sus compañeros“, precisa Yeshe Colliver, Profesor de educación infantil de la Universidad Macquarie, a la revista digital The Conversation.

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Asimismo, las investigaciones demuestran que cuando los niños más imaginan que son su personaje de ficción favorito, mejor controlan sus emociones, independientemente de sus otras habilidades.

“Eso es importante porque los niños necesitan inhibir emociones e ideas no relacionadas para persistir en una tarea y recordar su objetivo general, ya sea guardar sus juguetes, hacer la tarea o lavarse los dientes”, destaca Colliver.

Otros beneficios

Del mismo modo, otros experimentos muestran que enseñarle a los niños de 3 a 5 años a fingir de manera más creativa durante 15 minutos, da como resultado una mejor memoria y capacidad para enfocar su atención en las clases.

O será más probable que limpien su almuerzo si pueden persistir en el aburrimiento y verlo desde una nueva perspectiva”, complementa el experto.

Cabe señalar que los personajes de ficción también pueden ayudar al niño a tranquilizarse o comprender que lo que hicieron no fue correcto. De ese modo, les permite apreciar una perspectiva que no es la suya.