¿Cuántas veces hemos ido a la farmacia, con receta en mano, a comprar medicamentos? Para muchos la letra de los doctores puede ser un verdadero jeroglífico, pero para los farmacéuticos son pan de cada día.
A simple vista son los únicos capaces de descifrar la letra de los médicos, algo que hace mucho tiempo se ha convertido en un problema no sólo en nuestro país, sino que a nivel mundial.
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De acuerdo a un reportaje que data del 2007 de la revista Time, ya en esa fecha lo ilegible de las recetas médicas causaba al menos 7 mil muertes al año en los Estados Unidos, una cifra no menor y que se ha visto reflejado en diversos casos, unos más graves que otros.
Por ejemplo, una receta médica confusa en el Reino Unido, dejó a una mujer con una severa infección en su ojo, luego de utilizar una crema para disfunción eréctil, de acuerdo al medio británico The Telegraph.
O sin ir más lejos, en Chile una bebé resultó intoxicada, luego que en la farmacia leyeran mal la receta entregada por el médico. Terminaron dándole Tramal, un fuerte analgésico, en vez de Trioval, remedio para el resfrío, caso que expuso Chilevisión Noticias.
Letra de los médicos
Una de las teorías más aceptadas de por qué los médicos tienen este tipo de letras, que muchas veces se hace inentendible, se remonta a sus años de estudiantes, en donde, “se debía anotar innumerables apuntes a gran velocidad”, indica el sitio 20 Minutos. Recordemos que la carrera de Medicina tiene una duración más prolongada que otras, que es de alrededor de 8 años.
Sin embargo, el mismo medio recogió la opinión de Montse Perelló, una grafóloga, que intentó buscar una explicación desde su campo. “Supongo que su día a día, su estrés cotidiano, sus prisas, se refleja también en sus letras”, manifestó.
Lo cierto es que quienes están más familiarizados con esta situación son los químicos farmacéuticos, quienes leen recetas a diario.
Experiencia de una farmacéutica
En Página 7 conversamos con una profesional para que nos diera su punto de vista sobre por qué para ellos es más sencillo entender esta letra.
“Ahora se me hace un poco más fácil, pero cuando recién comencé a trabajar en farmacia me complicaba bastante, porque sí es difícil entender la letra de los médicos“, comenta Poulette Reynoso, titulada de la Universidad Andrés Bello.
No obstante, la profesional tiene sus secretos. “Me fijo harto en los miligramos y en las primeras letras de los medicamentos que se repiten bastante durante el día. Cuando es un nombre que no me parece familiar, busco en Google y luego pregunto al cliente por qué acudió al médico y saco conclusiones”, definió su método.
Además, Reynoso señaló que saber los síntomas del paciente es de mucha ayuda. “Con esto puedes asimilar qué es lo que está escrito en la receta y también conocer la dosificación”, sentenció.
