Toda relación amorosa tiene sus momentos. Al inicio suelen ser más románticas, gobernadas por la pasión habitual de los primeros meses, y con el tiempo van madurando y compartiendo experiencias de vida más allá del idilio amoroso.

En este periodo suelen involucrarse también otros factores que ponen a prueba la dinámica de una relación y cómo se estructurará para el futuro y si es que prospera o no.

Por lo mismo, a veces surgen situaciones con las que se nos hace difícil lidiar y que nos hacen pensar en dejarlo todo y dar vuelta la página o bien intentar salvar la relación.

En esta dualidad es común que surjan preguntas relacionadas a la motivación, compromiso y amor que sentimos por la otra persona, sin embargo, para la psicóloga clínica experta en temas de familia y pareja, Randi Gunther, lo más importante es realizar un balance de las experiencias positivas y negativas que hemos tenido en la relación.

En este contexto, la especialista detalla varios “factores decisivos” a considerar antes de tomar una decisión o bien cuando queremos iniciar una terapia de pareja.

Cuántos más de ellos impregnan una relación, menos esperanza habrá para el renacimiento“, indicó en una columna del portal especializado Psychology Today.

1.- Avergonzar en público

La ropa sucia se lava en casa, ese dicho siempre es útil sobre todo en relaciones de pareja, excepto si tenemos problemas realmente graves como abusos, violencia física/psicológica, etc.

Dejando eso de lado, exhibir al otro públicamente en frente de amigos o conocidos, dejando al descubierto defectos, secretos o regañar públicamente por algún comportamiento, no está bien.

Independiente de las motivaciones, que pueden ser avergonzar a la pareja para así incentivar el cambio de algunas actitudes o bien conseguir aliados en medio de una debilitada relación, lo que conseguirás es finalmente acabar con tu vida como pareja.

2.- Chantaje emocional

Las parejas suelen compartir sus historias íntimas conforme avanza la relación. Secretos, angustias infantiles e incluso traumas del pasado se ponen sobre la mesa y cuando esas declaraciones, que son sagradas, se utilizan como un “arma emocional” en una discusión para que la otra persona se sienta mal o culpable, es totalmente dañino.

3.- Comportamiento pasivo/agresivo

Cuando una o varias promesas se rompen una y otra vez, se vuelve muy difícil confiar en aquella persona y, a lo largo del tiempo, terminan convirtiéndose en mentiras.

Y es que aunque las personas que tienen un comportamiento pasivo-agresivo siempre tienen la intención de cumplir sus compromisos y se sienten mal cuando los rompen, es difícil que dejen ese patrón, lo que inevitablemente provocará un daño incluso irreparable a la relación.

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Pixabay (cc)

4.- Egoísmo intencional

Todas las parejas pelean y ocasionalmente dicen cosas hirientes, sin embargo, cuando el polvo se asienta, se apresuran a pedir perdón y aliviar el dolor que han causado“, indica la psicóloga.

Es por eso que el egoísmo intencional es un comportamiento muy diferente y que finalmente se adopta para “destruir” a la otra persona, lo que es inaceptable y si no se detienen, pocas relaciones sobrevivirán.

Algunos ejemplos son los golpes bajos, cambiar el argumento para buscar una posición a la defensiva de la otra persona, el desprecio, no debatir, y usar las vulnerabilidades para debilitar o invalidar las opiniones de la otra persona.

5.- Borrar el pasado

Los recuerdos son la base de nuestra vida que nos permite ganar experiencia y, en una relación, crecer bajo patrones saludables y exitosos.

Si cualquiera de los miembros en la relación quiere borrar un comportamiento pasado porque no quiere hacerse responsable o tratar con él, el otro nunca podrá resolver el problema. Esas parejas no están dispuestas a aceptar la responsabilidad por lo que han sido y lo que han hecho en el pasado, y esencialmente están pidiéndoles a sus parejas fingir que sus angustias nunca han sucedido”, agregó Gunther.

En esa línea, indicó que la pareja a quien se le dice continuamente que el pasado no importa, difícilmente va a cambiar algún comportamiento cuestionable en el futuro.

Cabe señalar que la especialista dejó de lado “el abuso físico o emocional porque el daño que causan a una relación es obvio y, más a menudo, irreparable“.