Más de alguna vez, probablemente por error, hemos ingerido las pepas de una manzana, una práctica que de acuerdo a un experto en alimentos esconde varios peligros.

Si bien indica que no están prohibidas, deberíamos ser siempre cuidadosos a la hora de comer manzanas y no ingerir sus semillas, puesto que su consumo en exceso puede llegar a ser muy peligroso.

https://www.pagina7.cl/notas/tendencias-y-vida-sana/2020/06/25/9-alimentos-que-te-ayudaran-a-eliminar-y-prevenir-la-retencion-de-liquidos.shtml

Según Miguel A. Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos, las pepas de manzana tienen amigdalina, una sustancia que puede ser peligrosa ya que es precursora del cianuro.

“Habría que comer muchas para que un adulto notara síntomas adversos (unas 170) y aún más para morir (entre 4.300-5.700), pero aún así se recomienda no consumir esa parte”, advierte el experto en un hilo de Twitter consignado por el medio HuffPost.

La amigdalina no solo está presente en la manzana, sino que también en los cuescos de otras frutas como duraznos o damascos. En estos últimos, “la concentración media de cianuro en la semilla del damasco es de 3.800 mg/kg”, explicó.

Asimismo, destacó que 100 seguidas pueden acabar con la vida de una persona de 70 kilos, por lo que lo más recomendable es no comer ninguna.

Otros efectos asociados al consumo de estas semillas, aun en dosis muy bajas, son las náuseas, dolores de cabeza, dolores musculares, insomnio, nerviosismo o hipotensión, describió Lurueña.

El experto también quiso advertir que pese a que en algunos países se comercializa la amigdalina como tratamiento contra el cáncer, esto no es efectivo. De hecho, el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, indica que si bien “se ha utilizado en algunos países como tratamiento para el cáncer, no se ha demostrado que sea eficaz en ensayos clínicos con seres humanos“.