El caso de la gata Papille es casi único en el mundo. Ella fue el primer caso de una mascota infectada con coronavirus en Francia. A nivel global son muy pocos.

Actualmente, la felina de nueve años está libre del virus y en buenas condiciones de salud, pero por varios días manifestó una serie de síntomas similares a los que experimenta un humano contagiado.

Su dueño, Brian, tiene 24 años y mostró síntomas de COVID-19 a finales de marzo. Tras ser confirmado con coronavirus, el hombre se autoaisló en su casa, en la que vive con sus padres.

A los días después, su madre Florence, presentó síntomas como fiebre alta y agotamiento, por lo que se hizo el examen PCR, arrojando positivo, consignó el New York Times.

Fue mientras Florence se recuperaba en cama, que Papille no la dejó en ningún momento sola y se acurrucaba constantemente con ella. A los pocos días, el animal mostró señales de la enfermedad. “No sabíamos qué le pasaba. No se podía parar, no reaccionaba cuando la llamábamos. Apenas levantaba la cabeza“, detalló Brian.

Si bien tanto él como su madre se mostraron escépticos ante la posibilidad de que Papille tuviera coronavirus, finalmente un examen realizado en una clínica veterinaria, lo confirmó.

A mi mamá le pareció extraño que presentara los mismos síntomas que un humano: fatiga, tos y episodios de cansancio. Nos dijimos, ‘tal vez sea COVID-19. Improbable, pero podría ser’“, detalló.

En la clínica les dijeron que efectivamente ellos le transmitieron el virus, un caso extraño pero no imposible. “La transmisión de humano a animal no es algo imposible, pero es muy rara“, indicó Renaud Tissier, director científico de la Escuela Nacional de Veterinarios de Alfort.

Cabe señalar que la familia en cuestión no ha querido revelar su apellido, puesto que han recibido amenazas por redes sociales y otros malos tratos.