Durante la vida intrauterina, un feto está expuesto a muchas hormonas maternas y una vez que nacen se produce un descenso de estas sustancias, lo que trae como consecuencia algunas afecciones temporales.

Una de ellas es el sangrado vaginal, “falsa menstruación” o “menarquia neonatal”, la que consiste en un leve sangrado vaginal en una guagua a los pocos días de nacer. Si bien esto puede asustar a los padres primerizos, la verdad es que es algo totalmente natural y suele desaparecer al poco tiempo.

La neonatóloga Lizbette Rodríguez, indica que “la menarquia neonatal es un proceso hormonal bastante frecuente, pues se produce en alrededor del 50 por ciento de las recién nacidas” y que se debe a la influencia hormonal de la madre, es decir, a la transmisión de estrógenos (hormonas sexuales femeninas) a través de la placenta.

De acuerdo al Manual de puericultura de la Asociación Española de Pediatría, consignado por el blog especializado Bebés y más, los niveles elevados de estrógenos provocan un ensanchamiento del útero del bebé provocando una leve pérdida de sangre.

Pero eso no es todo, pues según la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos, estos efectos hormonales no solo pueden manifestarse con un sangrado, sino que también con otras afecciones temporales.

Una de ellas es que “el tejido cutáneo alrededor de la zona vaginal, llamado labios, puede lucir abultado como resultado de la exposición a los estrógenos“. También puede aparecer una secreción blanquecina desde la vagina, denominada leucorrea fisiológica.

Este y otros cambios no deberían extenderse más allá de los dos meses de vida, detalla el portal especializado.

Estos altos niveles de estrógenos en un recién nacido también puede producir una hinchazón de las mamas y pezones tanto en niños como niñas, e incluso puede eliminar una secreción similar a la leche materna y que se llama “leche de brujas” o, en términos médicos, ingurgitación mamaria del recién nacido.

Al igual que el sangrado vaginal, esto suele desaparecer a las semanas y bajo ninguna circunstancia se deben apretar o masajear los pezones del bebé, pues puedes causar una infección subcutánea, es decir, un absceso.

Ambas situaciones son normales y desaparecerán a medida que la guagua alcance un nivel hormonal normal a su desarrollo.

De todas formas, si tienes dudas al respecto, lo más aconsejable es consultar a un o una pediatra para descartar otro tipo de afecciones.