Todos soñamos. Probablemente en más de una ocasión has escuchado decir que aunque no nos acordemos al día siguiente, la verdad es que siempre estamos soñando porque nuestra cabeza nunca descansa, aun durmiendo.

Dentro de aquellos que sí recuerdan sus sueños, muchos intentan darle un sentido, averiguan en Internet o en libros esotéricos su significado, y terminan quedándose más tranquilos o bien todo lo contrario.

Pero más allá de un significado exacto, los sueños siempre nos intentan decir algo, no existen porque sí. Son una manifestación de nuestro inconsciente que sigue despierto mientras nuestro consciente descansa.

Para el terapeuta y académico David Bedrick, quien lleva años trabajando en el área de los sueños con sus pacientes, existen al menos tres ‘claves’ para “liberar su sabiduría y consejos”, que destacó en el portal especializado Psychology Today.

1.- Recordar que los sueños están escritos en símbolos

Uno de los puntos más comunes y que de seguro ronda en la cabeza de muchas personas, es que cuando soñamos con algún familiar o una pareja, tendemos a pensar que el sueño tiene estricta relación con ellos como persona y olvidamos (o desconocemos) que los sueños están escritos en símbolos.

No debemos pensar literalmente en ellos. En su lugar, pensemos en ellos como cualidades o maneras de ser que son aspectos de nosotros, aspectos de los que estamos inconscientes“, afirma.

Un ejemplo que pone el especialista es que “si soñamos que nuestra pareja está siendo infiel, esto podría indicar que parte de nosotros no está interesada en nuestra forma normal de vivir, interactuar o valorar las cosas. Alguna parte de nosotros quiere dejarnos a nosotros mismos (a nuestro yo normal o habitual) y explorar otras formas”.

Asimismo, si soñamos con que un monstruo nos persigue puede ser que estemos huyendo o le tengamos miedo a alguna parte de nosotros mismos; o incluso si soñamos con una persona que está enferma y vomita, no quiere decir que literalmente esa persona esté enferma, sino que puede tener relación con que necesitamos “vomitar” algo que no queremos interiorizar.

Sobre la misma línea, advierte que sí existen sueños proféticos que están relacionados literalmente a lo que se sueña, pero en este caso, se refiere a “la calidad simbólica de los sueños debido a que nuestra tendencia de entender los símbolos en los sueños como cosas literales, con frecuencia nos puede desconectar de la sabiduría psicológica que ofrecen“.

2. Recordar que uno no es “uno”

Tal como cuando soñamos con personas que, evidentemente, no son literalmente ellas mismas, la mayoría de las veces no somos nosotros mismos tampoco.

Como ejemplo, indica que si uno sueña que está manejando en una calle de un solo sentido, en sentido contrario, mientras todos los demán van en el correcto, no quiere decir necesariamente que estamos avanzando en la dirección equivocada en la vida, sino que puede ser que estemos preocupados constantemente de “seguir un camino que es más aceptable para los demás en lugar de hacer lo que ellos quieren”.

Otro ejemplo común es cuando soñamos que alguien nos está criticando. Bedrick señala que lo general es que no solo somos la persona afectada sino que también la o las que están criticando. “Eso quiere decir que tal vez necesito ser menos juicioso de los demás o de mí mismo o ser más conscientemente crítico de las ideas y la gente que acepto”, afirma.

3. Recordar que los sueños resuelven problemas de maneras inusuales

Contrario a lo que muchos puedan creer, los sueños sí ayudan a resolver problemas en nuestras vidas pero no de una manera lineal o tradicional.

“Ocasionalmente, nuestros sueños sí tienen respuestas lineales o directas para nuestros problemas, pero con más frecuencia, ofrecen una nueva perspectiva de nuestros problemas, una perspectiva que abre las puertas a respuestas que podríamos no haber considerado nunca”, comenta el experto.

Y nuevamente entrega un par de ejemplos a considerar. Si intentamos cambiar nuestros hábitos a un estilo de vida más saludable como comer mejor y realizar ejercicios, quizá nuestros sueños podrían sugerirnos que hagamos todo lo contrario, como tirarnos al piso y dejar de esforzarnos.

“Einstein dijo una vez que nunca podremos resolver un problema al nivel en el que se creó. Los sueños se adaptan a esta sabiduría no solamente comentando sobre nuestros problemas, sino sobre la manera en la que vemos nuestros problemas. Además, cambian nuestro punto de vista hacia los reinos simbólicos y míticos, lo que amplía el contexto en el que evaluamos nuestros problemas y buscamos resolverlos”, detalla el profesor universitario.

En definitiva, ponerle atención a nuestros sueños nos puede ayudar principalmente con aquellos problemas que “se resisten con terquedad a nuestras intenciones y esfuerzos para cambiarlos”. Tampoco debemos olvidar que, por lo general, nuestros problemas son una manifestación de quienes somos, por lo que a veces no es el problema el que debe cambiar sino que nosotros mismos.