Hoy en día la tendencia es que los hijos prolonguen bastante su estadía en la casa de los padres antes de tomar la decisión de partir. Ya sea por comodidad, inestabilidad económica o el alto precio que tienen las viviendas y los arriendos, es que los adultos están retrasando su salida del nido familiar.

Si bien existen padres que desearían que sus hijos vivieran siempre con ellos, al parecer esta medida no sería buena para ellos. Según un estudio realizado por Christoph Becker, de la Universidad alemana Heidelberg, los progenitores serían más felices cuando sus retoños se independizan y dejan el hogar familiar.

El estudio fue realizado a 55 mil personas de 50 años en distintos países europeos, a los que se les consultó sobre su salud mental. La investigación concluyó que los hijos actúan como un apoyo social para los padres, ya que se crea una red de apoyo que evita eventos de soledad o estresantes, pero siempre y cuando ellos sean independientes.

“Los resultados sugieren que el hallazgo de un vínculo negativo entre los hijos y el bienestar y la salud mental puede no generalizarse a las personas mayores cuyos hijos a menudo ya se han ido de casa”, indican los expertos, según consignó CNN.

Pexels |Pareja feliz
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A lo anterior, agregan que “a medida que disminuye el estrés asociado con el equilibrio de las demandas competitivas de cuidado infantil, trabajo y vida personal, una vez que las personas crecen y sus hijos se van, la importancia de los hijos como cuidadores y contactos sociales podría prevalecer”.

En definitiva, la investigación explica que los hijos que aún viven con sus padres en edad adulta provoca efectos negativos en los mayores y en su bienestar.

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