Probablemente más de alguna vez hemos sido testigos de personas que miran con desdén a otras en el transporte público solo por su apariencia, evitando incluso ubicarse cerca de tales personas.

Pues eso fue precisamente lo que le ocurrió a un joven enfermero argentino, quien vivió un incómodo momento que si bien él optó por tomárselo con calma, entrega una potente lección.

Fue el lunes 5 de agosto a eso de las 19:00 horas que Lautaro Guzmán tomó un tren de la línea Roca ramal Alejandro Korn en la estación de Longchamps, en Buenos Aires, Argentina.

Un poco más allá subió una mujer junto a una niña de aproximadamente 10 años, quien decidió sentarse en el único asiento vacío del vagón, al lado de Lautaro. Claro que no duró mucho, pues su madre le llamó la atención rápidamente. “Ella estaba chocha porque había encontrado un asiento vacío, pero la señora la agarró la mano y se la llevó. ‘Vení para acá -le dijo-, ¿cómo te vas a sentar con ese villero?’. No me lo olvido más“, relató el joven al portal local Infobae.

En ese momento decidió restarle importancia y no le contestó. Optó por seguir escuchando música y prepararse para lo que sería su turno de noche en el trabajo. Lautaro es enfermero del área de Unidad Coronaria de la Clínica Avellaneda.

Recién cuando terminó su jornada, a eso de las 6 de la mañana y luego de llegar a su casa, que decidió compartir su sentir respecto a la desagradable situación que vivió, a través de su cuenta de Facebook. “La gente va por la vida juzgando por las apariencias. Acá el ‘villero’ con el que no me siento en el tren. Señora, ojalá nunca necesite de mí, porque para su fortuna la voy a ayudar traiga la ropa que traiga“, dijo.

En conversación con el medio, el enfermero ahondó en que al principio no le dio mucha importancia y solo le pareció “un comentario de una señora equivocada”. Claro que después se puso “a pensar un poco en el prejuicio” y sintió “un poco de bronca”.

Es feo, te sentís un poco rechazado. La nena tranquilamente podría haberse sentado conmigo“, indicó, agregando que no es la primera vez que le pasa. “Cuando voy al trabajo vestido así, siempre te miran. Yo soy cero conflicto, soy un chico tranquilo. Eso sí, cuando vuelvo en el tren con el ambo (uniforme), vienen y se sientan sin problemas“, sentenció.

Su mensaje alcanzó más de 31 mil ‘me gusta’ y fue compartido cerca de 80 veces. Asimismo, recibió cientos de comentarios que lo felicitaron por su actuar y solidarizaron con su sentir. Sin duda una lección para muchas personas.