Probablemente todas las personas que trabajan han tenido jornadas que desean olvidar o en las que la carga de trabajo se volvió excesiva, teniendo que sacrificar parte del tiempo libre para solucionar situaciones que, a ojos de los superiores, “no pueden esperar”.

Experimentar estrés en este tipo situaciones particulares, puede ser normal y hasta comprensible, pero lo que no lo es que te sientas constantemente hastiado, incómodo y agotado todo el tiempo a causa de estas “urgencias” o simplemente porque hasta la rutina de tu trabajo es extenuante.

Cuando entras en esta espiral, es muy difícil salir sin que tu entorno resulte afectado. Hablamos tanto de tu entorno familiar como laboral, pues a menudo esta sensación de “odio” hacia tu trabajo, se traspasa hacia colegas que muchas veces no tienen ni siquiera la culpa de lo que te está pasando.

Esta sensación de desgaste emocional y/o profesional se conoce como burnout, lo que quiere decir en español como “estar quemado”.

Si bien hace varios años el burnout solía considerarse simplemente como una mala organización de tu vida cotidiana, a finales de mayo de este año, la Organización Mundial de la Salud asignó la clasificación  de “fenómeno laboral” y lo catalogó como un síndrome producido por el estrés crónico que puede generar el trabajo en una persona.

estrés laboral
Pixabay (cc)

Algunos de estos síntomas del desgaste profesional estimados que consigna la OMS, son:

Merma de la energía o agotamiento.
Aumento del distanciamiento entre el trabajador y su empleo o sentimientos de negatividad o cinismo para con su trabajo.
Reducción de la eficacia profesional (rendimiento laboral).

¿Te ha pasado que en horas en las que estás fuera de horario laboral te ves obligado a revisar los chats de WhatsApp del trabajo o el correo electrónico?  Lamentablemente en estos tiempos donde prácticamente todos tienen un smartphone,  a veces los jefes se aprovechan de esa situación, provocando que el empleado no logre desconectarse realmente del trabajo y de las personas que tienen como superiores.

¿Cómo saber si estoy al límite en mi trabajo?

Otra ayuda para saber si estamos un tanto “superados” por el trabajo, consiste en responder a cuatro sencillas preguntas, que son parte de un cuestionario elaborado por un programa de salud laboral del Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido.

1.- ¿Alguien de su entorno le ha pedido que trabaje menos?
2.- En los últimos meses, ¿se ha mostrado hastiado, molesto o resentido con su trabajo o con compañeros, clientes o pacientes?
3.- ¿Se siente culpable por no dedicar tiempo suficiente a sus amigos, a su familia o a usted mismo?
4.- ¿Cree que expresa ciertas emociones (llora, se enfada, grita, etc.) o se siente tenso sin motivo aparente?

Si la respuesta a alguna de estas preguntas es afirmativa, quizá sea el momento de evaluar su situación laboral y realizar ciertos cambios.

Por lo anterior, sería bueno que hables con tu superior más directo o con alguien que pueda orientarte en los pasos a seguir. No debes dejar que estos sentimientos de negatividad y desgaste lleguen a un extremo en que simplemente no quieras ir más al trabajo. Es importante que identifiques a tiempo este síndrome para tratarte ya sea con descanso y/o asistencia profesional de psicólogos.

Aprender a decir que no cuando sentimos que la carga de trabajo es excesiva

Además de las metras u objetivos que tengas en el trabajo como parte de tu desempeño profesional, el lugar donde trabajas también es responsable de fomentar el bienestar de sus empleados, ya sea a través de departamentos de Recursos Humanos o mediante el diálogo directo entre empleadores y trabajadores, donde se evalúan distintos aspectos de la rutina laboral.

El que los empleados no se vean afectados por el estrés, ya que eso repercute directamente en el desempeño y clima laboral, también debe ser importante para tus jefes, por lo que lo más recomendable es siempre conversar y poner límites.

Otras medidas que todos deberíamos implementar es aumentar nuestra resiliencia, lo que se define como la capacidad de superar situaciones tensas para luego convertirnos en una versión más fuerte de nosotros mismos.

Pero ¿cómo podemos aplicar o construir la resiliencia? Lo primero que debemos hacer es aprender a desconectarnos de nuestro trabajo cuando no estemos cumpliendo nuestro horario laboral. Debemos ser capaces de establecer límites y encontrar aspectos que podamos disfrutar en nuestra rutina laboral.

Asimismo, es recomendable alejarse de todos los conflictos, rumores o malentendidos que existen en el trabajo, a no ser que te afecten de manera directa. Solo así podrás protegerte de estas influencias negativas y evitarás que te afecten en tu vida privada.

Por último, cualquiera sea el rubro al que te dedicas, no debes permitir que el trabajo sea lo único que te defina o te haga feliz. Dedica tiempo para hobbies, actividades de realización personal, y vida social. Si el trabajo te hace infeliz y has intentado revertir la situación, entonces considera cambiar de trabajo o bien evalúa cómo está el mercado laboral en tu rubro, ¿cómo sabes si te llevas una sorpresa?