El estreno del documental que abarca la desaparición de Madeleine McCann, ha reflotado varias interrogantes respecto al paradero de la pequeña que desapareció el 3 de mayo de 2007, desde el balneario Praia da Luz, en Portugal, y también ha planteado otras nuevas.

Uno de los primeros investigadores que trabajó en el caso por ocho meses fue Julián Peribañez, esto luego que Kate y Gerry McCann contrataran a una agencia española para encontrar a la niña.

Este jueves pasado Peribañez sostuvo una entrevista con el programa radial Otra Manera, de la emisora argentina MDZ Radio, donde reveló que él estaba convencido que Madeleine estaba viva y que habría sido secuestrada por un grupo organizado relacionado con la pedofilia.

Pero eso no fue todo, ya que también dio luces de su paradero, asegurando que podría haber entrado a Sudamérica a través de Brasil. “Sudamérica es un destino bastante probable. Portugal tiene vínculos con Brasil que son conocidos. Y desde Brasil, podría estar en cualquier parte de Sudamérica“, señaló el investigador.

Respecto a la presunta responsabilidad de los padres de la niña en su desaparición, explicó que “no tienen nada que ver en esto”. “Yo me reuní con ellos. En un momento estábamos hablando de todas las líneas de investigación y llegué a la hipótesis de una organización de pedofilia. En ese momento, vi cómo ellos aguantaban estoicamente. Les vi cayendo las lágrimas y aguantando estoicamente toda la historia. Les creí. Las acusaciones contra ellos son infundadas, sin pruebas“, aseguró.

Por último, comentó que siempre pensará que está viva mientras no se demuestre lo contrario. “Estoy convencido de que se la llevó un grupo organizado. Los horarios de la familia (en el hotel de Portugal) eran caóticos. Podían pasar 5 ó 20 minutos para que se levantaran (del restaurante a ver a la niña que estaba en el departamento). El control sobre eso sólo lo puede realizar un grupo de entre 3 y 4 personas en diferentes localizaciones para ver el perímetro y el apartamento donde estaba Madeleine. Para no dejar ni rastros, tuvo que ser un grupo muy coordinado”.