Para muchos padres soltar a sus hijos les genera más temor y preocupación, pues tenerlos lejos de la protección paternal es bastante complejo.

Sin embargo, este es un momento que tarde o temprano llegará, y de seguro muchos se vuelven ‘locos’ por el miedo que provoca.

Es por lo anterior que con la modernidad, y la tecnología aparecen alternativas que ayudan a los padres a calmar esta necesidad de proteger a sus retoños, en especial cuando deben salir al mundo estudiantil, cerca de los 4 años, etapa en la que ya nada se puede hacer para tenerlos bajo la lupa todo el tiempo.

Es en este escenario que podemos encontrar el reloj Momo, una especie de teléfono con GPS, que permite a los progenitores resguardar a sus hijos y estar en contacto con ellos.

¿De qué se trata?

SoyMomo es un pequeño y seguro teléfono en forma de reloj, con GPS, creado para niños. Cuenta con su propia SIM, por lo que es independiente y funciona sin importar la distancia, manteniendo a padres e hijos comunicados.

Este dispositivo es completamente administrado por los padres, quienes pueden activar y desactivar los números telefónicos que tienen autorización para comunicarse con el niño/a, y a la vez a los que él/ella puede llamar en caso de emergencia.

Además con el GPS, los padres pueden revisar dónde está, lo que es útil en caso de -por ejemplo- querer hacerle seguimiento al furgón escolar.

Otra opción que entrega son las notificaciones cada vez que tu hijo (a) sale o entra a las zonas que fueron establecidas por ti como seguras, por ejemplo la casa y colegio.

Página web / SoyMomo
Página web / SoyMomo

En este sentido la profesora de Castellano, Magister en Lingüística Hispánica con especialización en Comportamiento Humano y académica del Instituto profesional Santo Tomás, Guillermina Guzmán, señaló a Página 7 que: “Este tipo de reloj puede ser beneficioso en niños desde tres años en adelante (3 a 8) que suelen despegarse de los adultos en lugares amplios o de mucha concurrencia. También, en personas que vivan con alguna discapacidad física, TEA (Trastorno del Espectro Autista), Síndrome de Asperger, Síndrome de Down, Trastornos cognitivos, Alzheimer. En estos casos es una eficiente herramienta para permanecer conectados con ellos y, en caso de extravío, poder ubicarlos prontamente”.

Sin embargo, la especialista deja en claro que si bien en algunos grupos etarios es una gran alternativa, si no se establecen límites puede ser un arma de doble filo.

“Los mayores inconvenientes se pueden apreciar en personas preadolescentes y adolescentes, porque la vigilancia excesiva afecta su privacidad que se percibe invadida y amenazada, así también en su autonomía. Además, con una excesiva vigilancia, no logran desarrollar sus propias herramientas de autocuidado. Por otro lado, es necesario que las personas aprendan a ponderar las situaciones de riesgo, a fin de no exponerse innecesariamente”, comentó.

“En los niños hay dos efectos centrales: que se resistan a llevarlo para que no los controlen y que se retrase la formación del juicio personal (aceptación personal). En la actualidad, la multiplicidad de espacios de sociabilidad generan temores y desconfianzas en los adultos; en consecuencia, se hace necesario el diálogo entre adultos y menores a fin de potenciar los vínculos relacionales”, agregó la especialista haciendo énfasis en lo importante que es la sociabilización de los niños.

Guzmán finalizó con un consejo para que el uso de este tipo de reloj no se convierta en un problema en el futuro desarrollo de los niños.

“Mi sugerencia para quienes deseen utilizarlo es recordar que cualquier control debe estar basado en la confianza y respeto padre-hijo; adulto-menor. Es necesario que exista un mutuo consentimiento sobre la medida a implementar. Trabajar fuerte en la autonomía de los hijos y no en el control. Dialogar para establecer acuerdos en pos de la autonomía“.