No pasa por la cantidad de ropa ni por el capricho de querer siempre comprar alguna prenda, pues un estudio descubrió lo que se oculta realmente tras esta recurrente frase.

Podemos tener un clóset lleno de ropa de diversas temporadas, colores, y formas, pero cada cierto tiempo es inevitable decir un “no tengo qué ponerme”, y terminamos instalados en el mall de la ciudad buscando “esa” prenda que tenemos en la cabeza y probablemente nos terminará aburriendo más pronto que tarde.

Lee también: ¡Abre los ojos! 6 trucos que usan las tiendas para convencerte de comprar

Y es que según un estudio realizado por la American Marketing Association y publicado en el Journal of Marketing Research, todo se trataría de un asunto de percepción. Esto porque usar una misma prenda repetidas veces provocaría el efecto contrario al que suponemos, no es que nos va a terminar gustando más, sino que al cabo de un tiempo, nos iremos sintiendo pocos satisfechos con la compra, dejará de ser especial y comenzaremos a pensar nuevamente en que no tenemos qué ponernos.

Por ejemplo: Tienes un vestido que compraste para “ocasiones especiales”, pero de pronto comenzaste a usarlo todo los fines de semana y en cualquier momento. Tanto que incluso lo has utilizado para ir a trabajar. El estudio, señala que precisamente esta práctica es la que te hará sentir que no le estás sacando provecho, ya que no lo compraste con esa intención.

Pero si usaras ese mismo vestido para verdaderas ocasiones especiales, una dos veces al mes, por ejemplo, mentalmente tendrás la idea de que sí lo estás aprovechando y que fue un buena compra.

Si quieres un consejo para que no sientas esa necesidad de salir corriendo a comprar algo cada vez que ves tu ropero, podría ser que organizaras tus prendas de acuerdo a ocasiones, es decir, para salir a trabajar, asistir a alguna reunión, salir de fiesta, o incluso para estar en la casa. Si procuras respetar ese orden, estamos seguros que querrás un poco más tu clóset.