La joven originaria de New Jersey (Estados Unidos), Jeanette Suros, ha vivido muchas cosas con sólo 24 años de edad: un trastorno alimenticio la llevó a dejar de comer y ejercitar hasta 12 horas al día desde que tenía tan sólo 10 años, rutina que mantuvo hasta los 17 años. No se detuvo hasta que sufrió un complicado incidente en medio de su adolescente: un infarto cardíaco, días antes de su graduación.

Aquel día, Jeanette despertó en Cuidados Intensivos con sus padres diciéndole que casi no la logra, ya que varios de sus órganos presentaban daños. El bullying que sufrió en su misma escuela tampoco fue de ayuda: cuando sus compañeros descubrieron que sufría de anorexia, comenzaron a lanzarle comida y gritarle “eres gorda” repetidas veces.

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Sus problemas con su imagen empezaron a los 10 años, “cuando comencé a hacer dieta. Sacaba las comidas grasosas y cualquier cosa que tuviera azúcar. Me obligué a que me gustara el café negro, porque leí que suprimiría mi apetito”, detalló al medio inglés Daily Mail. No fue hasta los 16 años que los médicos le diagnosticaron una anorexia nerviosa, luego de que se desmayara en unas escaleras.

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Su fiesta de graduación tampoco fue fácil, ya que debió adquirir un vestido XXS que tuvieron que alterar para que se ajustara a su cuerpo. “Logré disfrutar mi graduación, pero teníamos una comida sentados y simplemente no pude. Me hizo sentir incómoda. Un par de días después, estaba hospitalizada de nuevo y desmayada”.

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Dejé de comer porque quería ser invisible. Ejercitaba obsesivamente a todas horas. A veces no dormía para poder ejercitar desde las 9 de la noche hasta las 3 de la mañana”, explicó al portal. “Ni siquiera tener un infarto me hizo darme cuenta del peligro en el que me estaba poniendo”, agregó.

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Finalmente, tras años de tratamiento en una unidad de trastornos alimenticios del hospital, Jeanette logró recuperarse y hoy trabaja para concientizar a la gente sobre imagen corporal y esta condición. Incluso, ha logrado alcanzar los 47 kilos: un peso saludable para alguien que llegó hasta la preocupante cifra de 25 kilos.