¿Habrá algo más terrible que detectar algo extraño en nuestro cuerpo? Ya sea un sangrado inesperado o una inflamación en el cuello, estos síntomas pueden poner nervioso al más valiente y hacer que nos volquemos consultando en Google.

Pero no es necesario correr en círculos, ya que como detalla una nota del medio estadounidense Huffington Post, muchas veces se puede tratar de algo inofensivo. Te invitamos a revisar 5 problemas de los que no deberías preocuparte tanto:

1.- Sangrado nasal
A veces ocurre que nuestra nariz comienza a sangrar repentinamente. Ahí “la gente se preocupa de que se trate de una hemorragia interna, pero la mayoría de las veces no lo es”, explicó el médico de urgencias Carlo Reyes.

Este especialista del Hospital Los Robles en California (EEUU) detalla que las “narices sangrientas suelen deberse a hemorragias del septo anterior, donde los vasos sanguíneos están cerca de la superficie de la piel. Es alarmante, pero por lo general desaparece con la presión”.

Presión arterial alta, alergia y el componente genético te exponen a sufrir este problema constantemente. A los que más les afecta es a niños de 2 a 10 años y adultos de entre 50 y 80. ¿Cuándo consultar? Si el sangrado no se detiene tras 5 a 10 minutos de ejercer presión.

2.- Parálisis de Bell
Por lo general, perder el control de los músculos de un lado de la cara se asocia a sufrir un derrame cerebral. Pero la mayoría de las veces se trata de un cuadro de parálisis de Bell: una inflamación de un nervio facial que causa debilidad o parálisis en la cara.

“Es un diagnóstico sencillo, pero puede ser confundido por un médico de urgencias que no tiene el suficiente entrenamiento”, detalla Reyes. ¿Cómo distinguirlo? Porque sólo implica la cara y no existe confusión en el paciente ni debilidad en un brazo.

Ojo, porque “una boca caída sin otros síntomas es probable que se trate de un accidente cerebrovascular”, dice Reyes. Aunque se trate de la parálisis de Bell, se recomienda ir igual al médico.

Lee también: El extraño virus que ha paralizado a más de 100 niños en Estados Unidos

3.- Mancha de sangre en el ojo
Si despiertas con el ojo en tinta, no te preocupes, “esto ocurre cuando se rompe un vaso sanguíneo en la membrana mucosa que cubre la parte blanca del ojo”, explica la experta en oftalmología, Sandy T. Feldman. Levantar objetos pesados, estornudar o hacer cualquier fuerza puede llevarte a sufrir este síntoma.

“Otras causas incluyen ciertas condiciones tales como la presión arterial alta, la diabetes, trastornos que adelgazan la sangre o medicamentos”, agrega, explicando que basta con tratarse con lágrimas artificiales hasta que desaparezca por sí solo.

Sólo si te pasa con regularidad se recomienda ver médico, pues podría tratarse de problemas de presión o coagulación.

4.- Palpitaciones repentinas
Cuando sientes tu corazón latiendo más fuerte, tiendes a asustarte, aumentándolo más, pero según el cardiólogo estadounidense Brian C. Kolski, no deberías preocuparte: “Las palpitaciones pueden ser una molestia, y son frecuentes en muchas mujeres pre y postmenopáusicas”.

Rara vez son síntoma de problemas cardíacos graves y pueden dispararse por cambios en los niveles hormonales: “Las palpitaciones que se producen mientras estás acostado o sentado en silencio también tienden a ser de una variedad más benigna”, agrega.

Se recomienda ir al médico si el latido se vuelve irregular o muy rápido y va acompañado de dolor de pecho, mandíbula o brazo izquierdo. También si hay sensación de desmayo o colapso.

Lee también: No tenía idea que estaba embarazada: Mujer fue al baño y salió con un bebé en EE.UU

5.- Ganglios linfáticos inflamados
A veces se inflaman los ganglios presentes en el cuello, pero esto no debe ser motivo de alarma, ya que puede ocurrir por resfríos, gripe, heridas bucales, amigdalitis e infecciones de la piel pueden producirlo.

 Cuando los ganglios linfáticos aparecen inflamados repentinamente y son dolorosos, generalmente se debe a lesión o infección. La hinchazón lenta e indolora puede deberse a cáncer o a un tumor”, explican en este medio.

Si el problema persiste durante semanas, los ganglios aumentan de tamaño, están rojos o sensibles, y si sufres de fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso sin explicación deberías ir al médico.