La egresada de leyes Raluca Crisan de 38 años quiso hacerse un pequeño regalo para sí misma: inyecciones de botox. Pero la rumana jamás imaginó que la sencilla operación cosmética se convertiría en el peor error de su vida.

Como detalla el medio británico Mirror, la mujer acudió a ver al cosmetólogo Adrian Oancea (47) quien sugirió inyectar esta toxina en sus ojos y labios. Pero a los pocos segundos de tratamiento, Raluca pudo sentir cómo se hinchaba y enrojecía todo su rostro.

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La situación se volvió tan complicada, que debió ser internada en el Hospital de Alba-Iulia, en Rumania. Debido a este percance, tuvo su rostro paralizado durante un año.

¿Qué ocurrió? Raluca demandó al cirujano en tribunales porque en vez de ponerle botox, usó veneno de serpiente. Ella aún espera un veredito: “Cuando testifiqué, él dijo que realmente no sabía que era lo que me dio, porque lo ordenó a un proveedor chino… y todo estaba escrito en ese idioma”.

Mirror
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“El ministro de Salud le dijo a mi abogado que la sustancia no estaba autorizada en este país y tampoco estaba registrada, así que no me podía decir qué era”, explicó a este medio. Posteriormente, “en el sitio del proveedor chino descubrí que era veneno de serpiente”.

Las secuelas fueron graves: “Mi rostro estuvo paralizado por cerca de 8 meses o un año. Mis glándulas lagrimales quedaron paralizadas y tengo que usar permanentemente gotas farmacéuticas. No podía usar ningún músculo facial: No podía reír, no podía llorar, era terrible”, relató la acongojada mujer.

Daily Mail
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Aunque parezca increíble, este veneno es utilizado como una alternativa al botox, pero debe ser utilizado de manera tópica (directo a la piel) y no inyectado. Actualmente, esta mujer sólo puede usar el 70% de sus músculos faciales. Extrañamente, el cosmetólogo sigue atendiendo de manera privada. 

Mirror
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