Stacey Nugent solía trabajar en una famosa cadena de pastelerías en Inglaterra, llamada Greggs, lo cual la llevó a tentarse con los mismos platos que servían: donas, rollos de salchichas, pasteles y sandwich de tocino eran parte de su dieta diaria, lo cual afectó rápidamente su figura

El mal hábito de comer en su pega la llevó a tener que comprar vestido talla 30 (que en Chile vendría siendo un XXXL). “Cada mañana me dirigía al trabajo y era normal para mí llenarme con lo que fuera que estaban comiendo los clientes”, explicó al medio británico Mirror.

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“Ahora no puedo creer que pensaba que comer pastelería en cada plato era una buena idea”, agregó Stacey. Luego de alcanzar los 123 kilos, decidió hacer un cambio drástico: no volvería a tocar la comida de su trabajo y en cambio, se alimentaría sanamente.

Mirror
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Gracias a las ensaladas y frutas, hoy esta joven de 24 años pesa alrededor de 63 kilos y puede ponerse la ropa que quiera en las tiendas. Sólo 10 meses le tomó rebajar la mitad de su peso corporal: “Realmente me golpeó cuando la gente me miraba y apuntaba en la calle, no podía creer que me había convertido en tal espectáculo. Era tan vergonzoso, que sabía que tenía que hacer algo”, explicó a este medio.

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Y agregó: “Ahora puedo ir a la tienda y comprar cualquier prenda que quiera y amo probar todas las alternativas sanas en el trabajo o cocinando en mi hogar”.

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